Despotismo democrático

La democracia es muy frágil, la demagogia es el mayor de sus males, el pueblo es un concepto huidizo y engañoso.

Consultar al pueblo no es problema, sino cómo consultarlo.

Imponerle conclusiones es fácil cuando no se tiene verdadero compromiso democrático y se entiende la democracia como manipulación.

De allí todo un universo procedimental que acompaña a la democracia para garantizar su probidad.

No en balde las leyes de la materia siempre hablan de procedimientos y procesos electorales.

El derecho a votar se consagra en la Constitución, cómo votar se regula en cinco leyes e infinidad de reglamentos, acuerdos, sentencias y jurisprudencias, usos y costumbres. Toda una cultura política.

López Obrador con su consulta patito desveló al déspota que se esconde tras su legitimidad democrática.

Un frío corrosivo y ominoso congeló el alma nacional ayer por la noche. La obscuridad de nuestro futuro se nos expuso sin taxativas, el tan temido abismo se extendió a nuestros pies. La sinrazón se impuso, la manipulación embozada en democracia es ya un hecho: el gobierno de las consultas por sobre el de las leyes y la razón. Ante nuestros ojos la democracia añorada se convirtió en calabaza demagógica.
!Bienvenidos a la Cuarta Transformación¡

No hay en su consulta ninguna garantía procesal que la legitime, desde su ausencia de base legal hasta el cinismo de presentar resultados.

Repito, ni una elección de salón de clases de primaria hubiese tenido semejante desorden.

Ni siquiera Maduro se hubiera atrevido a semejante burla a la ciudadanía e instituciones.

Consultar la pueblo no es necesariamente democracia, Hitler y Stalin los consultaban; el diablo siempre está en los detalles y el demonio que mueve a López obrador quedó expuesto de cuerpo completo con su consulta remedo de democracia directa.
Vivimos horas aciagas.

Lo peor que nos puede pasar es que no pase nada y este tipo de pantomimas se legitime como instrumento de gobierno para, por sus artes, desmontar leyes, instituciones, justicia, política y, finalmente, pueblo.

Ominoso.

PS.- Por cierto, el texto que leyó una Maestra en Ciencias en representación del Consejo Consultivo de la Consulta, que nadie sabía de su existencia y menos sabe de su integración, no fue un reporte sino un manifiesto político por el cual instituyeron la consulta por encima de la Constitución y sus instituciones.




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