PARRESHÍA

Combatiendo el huachicol con corrupción

Combatiendo el huachicol con corrupción

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Cumplir y hacer cumplir la ley.

Para que no delincas te pago, es la solución que ofrece a las poblaciones sometidas, por las buenas o por las malas, al crimen organizado del huachicol de López Obrador.

No hay en ello un imperativo categórico, moral o legal, sino una componenda al margen de la ley.

Componenda que de alguna manera se emparenta a la corrupción, si no es que lo es en esencia.

Corrupción es que el infractor se libere de las consecuencias de la ley a cambio de un pago indebido a la autoridad. Por igual podría ser que la autoridad se libere de su responsabilidad de hacer cumplir la ley y el infractor de cumplirla, a cambio de un pago de la primera al segundo para que no infringir ambos la norma.

En la ecuación, además, no hay una solución definitiva que modifique para siempre la conducta del posible infractor, sino un incentivo a perpetuarse en la acción a cambio del pago ofrecido.

Comprar voluntades en vez de hacer efectiva la vigencia de la ley es, en sí, una especie de corrupción.

Para colmo, López Obrador no se hace cargo de sus propias doctrinas que hoy se vuelven en su contra. Si cuando candidato decía a sus huestes toma el dinero de quien quiere comprar tu voto, aunque en ello haya responsabilidad y beneficio, pero vota por quien quieras, quién impide que hoy las poblaciones que sean "compradas" por el gobierno para no delinquir con el huachicol tomen el dinero y sigan delinquiendo.



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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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