Del descontento al desencanto

Del descontento al desencanto. Tres tristes tigres y todos al final, tristemente en la ceguera.

Las opiniones en este tiempo cuentan, aún más en las redes.

El famoso Peje, puntero, ya no es un peligro, sin embargo, resbala y enciende focos rojos en las nominaciones de Morena para el Senado, por ejemplo, las críticas unas fundadas y otras exageradas contra la elegibilidad de la exministra Olga, inconsecuentes al final porque será secretaria encargada del despacho de Gobernacion y de Napoleón Gómez Urrutia, que vive en Canadá y por cierto es de la generación en Economía de Salinas. Este personaje, con más sombras y enemigos poderosos que luces y amigos, tampoco llegará , no solo por la doble nacionalidad sino por su polarizada actuación y trayectoria. Supongo que fueron tocados por el dedo de Morena por otras razones.En el caso de la exministra, tal vez para subrayar su versatilidad, limpidez y subrayar que ya está en el pandero valorando su perfil, y en el caso del hijo del otro Napoleón, el del sindicato vitalicio y heredado, para sumar simpatías, si acaso, de grupos afines que valoran su pleito contra Larrea y los otros dueños de minas donde las condiciones de trabajo son un polvorín y los abusos y depredación del ambiente son hechos conocidos, donde la autoridad ha sido complaciente cerrando los ojos y abriendo la cartera.

No me gusta, ni tantito, ese rollo indefinido y demagógico de la "Constitución " moral. Parece una vacilada, que más polarizará el ambiente. La libertad jamás es moneda de cambio, la ética y reglas morales son de responsabilidad volutiva y de observancia personal, nunca obligatoria. Para quien no se porta bien está la Ley y la verdadera Constitución para el deber ser.

En cuanto a los otros dos candidatos: el músicomalabarista está , aunque fuera infundió, en medio de corrupciones inmobilarias y fundaciones obscuras. Y el candidato priista que no lo es, sigue en medio de indefiniciones, mediocridad de sus ayudas que no ayudan y gravísimos casos de corrupción, que aparecen un día y al siguiente también.

En este ambiente de intercampañas cómo no estar desencantado. Faltan proposiciones, faltan aclaraciones falta limpiar los establos.

Y de pilón, el INE parece no tener la capacidad para ofrecer resultados electoras confiables, rápidamente, con certidumbre, como sucede en todos los países civilizados, donde se conoce a los ganadores casi inmediatamente. En el horizonte amenaza el síndrome de Ufraude.

Y eso que el teatro ya ha costado un ojo de la cara, y vamos, si nos equivocamos, por el camino de la instalación de la permanente ceguera.

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