PARRESHÍA

Mérito, circunstancia, objetividad

Mérito, circunstancia, objetividad

Foto Copyright: lfmopinion.com

En qué radica el valor de las acciones.

En qué radica el valor de las acciones; en su propia calidad y méritos, o en el sujeto de su autoría, o en su poder, o en su fama.

Basta ser de la 4T para que toda decisión y acto goce de veracidad, rectitud, bondad, justicia, belleza y honestidad, o habrá que ponderar cada una y otro casuísticamente en sus circunstancias e, incluso, en sus logros. A los fines subjetivos e ideológicos termina siempre por sobreponerse la calidad objetiva de los hechos y sus consecuencias.

Sirva el mismo argumento para alegar, por igual razón, que no basta con ser de la 4T para de antemano descalificar su haber.

Para bien o para mal, todo en sus méritos y circunstancias.

De similar manera, es válido y prudente comparar actos y decisiones de la 4T con otros tiempos, pero sus alcances no deben desvirtuar su naturaleza y finalidad comparativa; constreñir todo juicio de valor inmanente al afán de comparación externa respecto a deberes, premios y castigos, es obviar el ser, su hacer y presente por su reflejo en el espejo de los ayeres; algo así como continuar juzgando en toda nueva ocasión a Peña para jamás poner en la balanza a López Obrador. Comparemos todo lo que se quiera, pero comprendamos los hechos del presente en su inmanente objetividad.


#LFMOPinion
#Parreshia
#Acciones
#Decisiones
#ValorInmanente
#Meritos
#Subjetivismo
#4T
#Comparacion
#Comprension

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: