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La celebración

La celebración
Celebramos el cambio.

Hace un año, 30 millones de mexicanos votamos por el cambio. Con nuestro voto a López Obrador, al famoso Peje, expresamos nuestra inconformidad por la rapiña y la incapacidad de las administraciones pasadas, especialmente a partir de los gobiernos de Salinas y Zedillo, por la frivolidad de Fox y Martita, la muerte y el desprecio a los demás con Calderón y los negocios, la incapacidad y limitaciones de Peña.

Hoy celebramos el cambio. Hace 6 meses apenas el nuevo gobierno tomó posesión en medio de la alegría y la esperanza por hacer un mejor país ante las características que lo definen: graves problemas económicos y sociales, desigual distribución del ingreso, concentración de la riqueza, crecientes niveles de pobreza, violencia y muerte, falta de educación e insuficiente calidad de vida. Al mismo tiempo se promovieron millonarios ‘fast track’ o de temporal, ligados a negocios sucios, corrupción generalizada, abusos y cinismo tanto de gobernantes como de empresarios beneficiados con prebendas de todo tipo, condonación de pago de impuestos, comisiones de tanto por ciento y adquisición de propiedades multimillonarias como contra prestación por favores recibidos y asignaciones de contratos de a dedo.

Dos cosas sobresalen ampliamente en estos primeros meses de gobierno. La machacona permanente intención de acabar con la corrupción y la feroz campaña antigubernamental de los medios de comunicación, periodistas y reporteros afectados con la terminación de sus negocios, acostumbrados a recibir pagos por sus opiniones y apoyos al sistema de corrupción coordinado desde Los Pinos, que fomentaron la manipulación informativa en un país con graves injusticias sociales, de permanente subdesarrollo a pesar de incumplidas promesas reiteradas de progreso y bienestar.

En el balance de 2019, el Pejegobierno ha tenido avances, estancamientos y retrocesos. Parece obvio que el gabinete está por debajo del nivel requerido y su actuación ha sido discreta e incluso mediocre, lo que ha afectado el logro de algunas metas y resultados establecidas de urgencia pragmática.

El gasto público muestra subejercicios que frente a las enormes carencias de toda índole, reduce su efecto multiplicador de impacto social y de incentivo promotor de la inversión privada. Una cosa es la austeridad y otra inaceptable es la cerrazón, el cierre de la cortina. Parece desde lejos que, como moderno Pilatos, la poderosa Oficial Mayor de Hacienda cierra los ojos y se lava las manos ante requerimientos de abasto en salud, compra de medicinas, medicamentos y equipo; además de carencias en cultura y educación, por ejemplo. A rajatabla cumple la instrucción de control del gasto sin aparente sensibilidad alguna, olvidando el amplio criterio que se requiere cuando se es responsable, no sólo de cuidar la suma de dinero público, sino su óptima, eficiente y oportuna distribución y dirección.

Declarar que se prefiere la justicia a la ley, tiene bemoles. Un Estado de Derecho significa cumplir la ley. Si ella es injusta, o discriminatoria, o incluso ambivalente y deleznable, el camino es legislar, mejorarla y, en su caso, cambiarla, nunca ignorarla. Dura Lex Sed Lex.

Las mañaneras, como tanto va el cántaro al agua, son muchas veces monótonas y resbalosas. Las reiteradas referencias a la incapacidad de los expertos van contra la realidad, que muestra lo contrario la mayoría de las veces. Asimismo, es motivo de distanciamiento de grupos y criterios necesarios que abonarían a favor del la 4T, en un mejor ambiente de trabajo respetuoso para el logro de fines comunes. El crecimiento del producto no será, cuando menos este año, del 4% originalmente proyectado y habrán tenido razón los expertos en sus proyecciones y escenarios. La política institucionalizada del "yo tengo otros datos" es motivo de descrédito público, mientras no se demuestre su validez.

Otro claro ejemplo en ese sentido, es la declaración minimizadora de la gravedad de la invasión de sargazo en el Caribe; ante las críticas por esa desafortunada consideración, se explicó más tarde que fue para evitar la intervención automática del Fondein, por sus excesos en las emergencias, falta de comprobación del gasto, reiterados abusos y cuestionamientos de corrupción.

Muy discutible ha sido la política de los muros, para detener y dosificar la migración de extranjeros hacia los EUA, que, al ser aplaudida por el ineducado anaranjado en su estrategia de reelección, muestra con claridad que no nos conviene y es desde luego, contraria a nuestra histórica tradición al respecto.

La Guardia Nacional se justifica a mi entender si, y sólo si, contribuye a la reducción de la violencia, que el país padece en forma creciente y aún sin muestras de poder controlarla y reducirla.

La política de borrón y cuenta nueva tampoco se aprecia y aplaude en general. La huida de Lozoya y los aspavientos de su abogado, por ejemplo, son muestra inequívoca de la necesidad de proceder en contra de éstos y otros pájaros de cuenta que no sólo son presuntos criminales, sino que se mofan de la capacidad del Estado para enjuiciarlos. El combate exitoso contra la corrupción al evitar la impunidad significa que, en efecto, "nadie esté por encima de la Ley".

En sentido contrario, exitosos han sido los programas de apoyo a sectores muy necesitados instalados permanentemente en niveles de abrumadora pobreza y para jubilados de la tercera edad y discapacitados.

Asimismo, los programas de becas que deben consolidarse con base en criterios de sobresalientes resultados académicos y no sólo por niveles de ingresos. Muchos aplaudiríamos un mayor apoyo a la UNAM, al Poli y demás universidades públicas, apoyos a estudios en el extranjero para salir de Cuautitlán y abrazar la ciencia, la tecnología, el arte y los negocios en la globalizción. El presupuesto para universidades rurales y semirurales debiera ser más productivo hacia escuelas de alta dirección enfocadas a la especialización de temas regionales y locales: minería, petróleo y gas, agroindustrias, turismo, ciencias biológicas, infectología, lenguas indígenas, ganadería y pesca, bosques, limpieza del ambiente, exportaciones, ética y civismo, por ejemplo.

En este complicado entorno que enfrenta el Ejecutivo, es relevante señalar que el Poder Judicial ha mostrado rezagos y corrupción inimaginables. Su recomposición es fundamental para la modernización del país.

De esta manera los tres poderes de la Unión, cada uno en el ámbito de su competencia podrían trabajar en armonía para acabar con la corrupción, aumentar el crecimiento del producto y fomentar el empleo productivo, reducir la violencia y combatir el crimen, hacer énfasis en la calidad de la educación, la salud y los programas de bienestar incluidos los de casa-habitación. Así como hacer frente a un sólido programa migratorio con énfasis en el respeto a los derechos humanos y no sólo en busca de la aprobación de los poderosos vecinos del norte y el chantaje de la administración Trump, mediante la aprobación o no del nuevo tratado trilateral o la imposición de aranceles escalonados.

Esta celebración a un año del triunfo es muy bienvenida, hay que gozarla, aunque no es para echar todas las campanas al vuelo, bien vale la pena tomar fuerza para lo que viene y entre canción y canción y mentada y mentada, con el Zócalo repleto, disfrutar la victoria y mandar otra vez al carajo a los corruptos… y sin misericordia meterlos a la cárcel. "A mis amigos, dijo Juárez, justicia y gracia. A mis enemigos: justicia".

Es necesario asimismo a partir de hoy mismo en plena celebración corregir los errores y gobernar para todos, incluso la llamada oposición fifí. Ojalá no se fomente la ruptura y la incapacidad de negociar. Que los jinetes del Apocalipsis y sus monstruos no nos dominen. Muchos millones queremos construir un mejor país, sin revanchismos, coraje ni mentiras. Sin diferencias abismales.







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Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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