SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL

INDEPENDENCIA Y DEPENDENCIA III

INDEPENDENCIA Y DEPENDENCIA III

Fue en verano de 2005 cuando en Singapur terminaba el primer texto de mi Plan Maestro para enfrentar el Cambio Climático denominado "Mundo 2100." Se trataba de un trabajo de investigación de varios años para identificar los problemas concretos sobre la afectación que los seres humanos venimos haciendo a nuestro planeta.

Ciertamente, debí abordar los temas relacionados con la educación, el orden internacional y la economía, entre otros. El fenómeno lo tenía que analizar desde una perspectiva circular y de causas multifactoriales, porque nada era producto de la casualidad ni de una sola variable. Las soluciones no se circunscribían exclusivamente a la ecología. Así que no habría soluciones sencillas; lo contrario sería caer en la superficialidad – en lo que normalmente incurren los "líderes del mundo."

Establecí entonces una plataforma de propuestas ordenada, concatenada y con un enfoque integral.

Entre esos grandes temas, por supuesto, emergía el relativo a la economía mundial, que básicamente se mueve alrededor de la quema y aprovechamiento de los hidrocarburos; de tal forma que sensibilizar a un mundo hambriento e insaciable de riqueza infinita, para atesorar todo aquello que no podrá llevarse a su muerte, continúa siendo tarea imposible. Salvar a la Tierra no es prioridad ante la mentalidad reptiliana y depredatoria convencional.

No obstante, el mismo hecho que las economías domésticas y la global dependan de la explotación del petróleo y sus derivados, cuando el consumo de ese, como recurso no renovable, ha superado el 50% de las reservas totales contenidas en los yacimientos existentes en el planeta, dejaba ver desde ese momento, las grandes oportunidades de inversión en tecnologías que, al aprovechar las energías renovables, daría paso a una nueva era económica.

Solo imaginemos el efecto multiplicador de tales inversiones a lo largo del proceso de sustitución de los motores y equipos que hoy utilizan algún tipo de hidrocarburo. En un momento cercano al año 2100, cuando no exista más petróleo, la energía nueva, las energías limpias, abrirán un nuevo capítulo en la humanidad: el resultado será, el mayor crecimiento económico de la Historia Universal, lo que algunos vienen llamando en estos recientes cinco años como la transición energética o la cuarta revolución industrial.

- Pero, ¿hasta cuándo comenzará? -

Por inaudito que se escuche, en la actualidad, lejos de avanzar en esa dirección, hemos presenciado un retroceso preocupante, pues llegaron al poder líderes de naciones, varias, que no creen en el Cambio Climático, o que no tienen ningún compromiso con la ecología; los menos ignorantes se refieren a la ecología sólo por considerarla una palabra de moda. No la llevan arraigada en la mente, menos en intención de acciones futuras; porque no la llevan en su espíritu.

Y en esta vorágine de lo absurdo, surgirán las nuevas potencias del siglo XXII, simplemente por haber aprovechado la coyuntura. Las demás serán consumidoras perenes de bienes de capital que lo más a lo que podrán aspirar sea a pueblos maquiladores o de colocación de recursos naturales sin mayor transformación. El eterno circulo vicioso para los países del tercer mundo.

Dado que la depredación económica es la antesala de la depredación del planeta, en mi Plan Maestro para enfrentar el Cambio Climático, hubo necesidad de realizar un análisis de la economía mundial. La conclusión que asenté, fue que el mundo se acercaría a una crisis económica y financiera sin precedentes en un tiempo muy corto, lo cual impactaría fuertemente a Estados Unidos y Europa, así como a la mayoría de los países en vías de desarrollo y del subdesarrollo. Aseguré, pese a las risas de personas con quienes equivocadamente compartía los resultados de mi investigación, que la crisis sería global – de ello consta el registro que hice de mi obra "Mundo 2100" en 2006 ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Un año después se publicó el trabajo de Al Gore "An Inconvenient Truth," que logró generar conciencia entre miles de personas e incluso plantear una triste realidad a muchos que la desconocían. Dos años más tarde, estalló la crisis financiera internacional, comenzando en Estados Unidos y corriendo como la luz hacia Europa.

Hoy con la misma certeza a lo pronosticado en 2005 puedo aseverar que la crisis económica del 2008 no se ha terminado; que no se trata de una crisis cualquiera como se nos ha querido vender, que sus causales no han sido resueltas, y que será tan larga como los gobernantes del mundo y los ejecutivos de las empresas más importantes del orbe quieran que se sea. La tecnocracia solo ha sido y será un brazo ejecutor para "patear el bote" y dilatar el cambio: el cambio por frenar el avance del Cambio Climático.

Y de no creer en lo dicho, exploremos una variable que he venido planteando a lo largo de los dos últimos artículos: el altísimo endeudamiento de Estados Unidos.

La deuda pública de ese país alcanzó en 2014 los 18,214,983 millones de dólares, la más elevada del mundo con una población de 318.9 millones de habitantes. Dicho monto representa el 105% de su Producto Interno Bruto, que podría confortar a financieros estadounidenses si lo comparan con el nivel de Japón que está unos 4,800,000 millones abajo siendo una economía equivalente al 25% de la estadounidense y que impacta en casi el 200% a su Producto Interno Bruto. Empero el problema trasciende cuando se observa que el monto de la deuda estadounidense ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos 15 años: el 53% desde el año 2000.

No es casual entonces que los ciudadanos con mejor calidad de vida en el mundo no sean los estadounidenses, sino que se ubiquen, en términos de ingreso per cápita, en Luxemburgo con 110,000 dólares, Noruega con 100,000 dólares, Qatar con 93,300 dólares, Macao con 77,100 dólares, Suiza con 80,500 dólares, Australia con 67,400 dólares, Dinamarca con 58,900 dólares, Suecia con 58,100 dólares, Singapur con 55,100 dólares. Estados Unidos en décimo lugar con 53,100 dólares.

En efecto, en el año 2008, la economía estadounidense se derrumbó y los mercados financieros colapsaron. Y aunque las causas reales parecen aún ignoradas, dado que la discusión se mueve en la superficialidad, difundiendo la idea que se trataba de un micro cíclico de la economía global, lo que es cierto, es que estamos frente a la conclusión de una era económica que dará lugar a otra de mayor crecimiento, resultante de un proceso de substitución de hidrocarburos por esas de las energías renovables.

Las economías se recompondrán, refundarán, compactarán como es natural, para entrar en esa nueva era. Porque en última instancia, a los grandes momentos de desarrollo siempre les antecede uno de carencias, depresión y austeridad. Habrá muchos nuevos ganadores, aunque muchos de los ganadores de hoy serán perdedores mañana, como es natural. Y así, los ciclos económicos continuarán.

"El precio es lo que pagas; el valor es lo que recibes."

- Warren Buffett –


Hugo Rodriguez B.

Hugo Rodriguez B.

Nací en Tlalpan, Distrito Federal y cursé tres licenciaturas: en Comunicación, en Derecho y en Economía. La Maestría en Administración y el Doctorado en Ciencias. Adicional a mis actividades académicas, destaqué en los ámbitos deportivo y profesional. Deportivamente, ascendí en dos ocasiones al Monte Everest y soy el único ser humano que sobrevivió una noche en las inmediaciones de la cumbre sin oxígeno, tienda de campaña ni sleeping bag, situación de sobrevivencia que me fortaleció en disciplina y determinación para lograr todo lo que me he propuesto en la vida. Adicionalmente crucé a nado en dos ocasiones el Canal de la Mancha. Además tengo el récord mundial de larga distancia en nado de mariposa de 70 kilómetros de Cozumel a Cancún. Fui galardonado con el Premio Nacional del Deporte en 1986 y el Deportista del Siglo en el año 2000 (con 55 deportistas más de diversas disciplinas). He sido considerado como uno de los deportistas de extremo y alta resistencia más destacados del mundo.

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