SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL

EL ANCLA DE LA ECONOMÍA II

EL ANCLA DE LA ECONOMÍA II

Siendo nadador desde los ocho años - y así es en la actualidad - se competía por el primer lugar. Claro. Sin importar que al final obtuvieses el octavo lugar de una final o cualquier otro posterior de no haber llegado a la final. Los mejores nadadores lograban el reconocimiento de su equipo y de los rivales en los hechos, en los resultados, en las medallas, en la realidad, pues.

Cuando llegué al alpinismo me encontré con "conquistadores" virtuales (como esos del fútbol soccer en donde cada "estrellita" es el mejor, aunque miles sean los protagonistas) y realidades a modo (como esas de la política, de las que es más sano no hablar). A la cumbre del Everest los primeros en haber ascendido fueron el neozelandés Edmund Percival Hillary y el Sherpa Tenzing Norgay en 1953 (aunque otros, en un intento de descalificarlos, decían que los británicos Andrew Irvine y George Leigh Mallory habrían podido haber llegado a la cumbre en 1924, que pudieron desaparecer después de lograr la cumbre – de cualquier forma, los primeros en ascender a la cima del Everest y descender a salvo fueron los dos primeros). Fue en 1978 cuando el italiano Reinhold Andreas Messner y el austriaco Peter Habeler ascendieron por primera vez sin el uso de oxígeno suplementario; y en 1986 cuando Messner se convirtió en el primer ser humano en ascender a la cumbre de las catorce montañas de más de 8 mil metros de altura – las únicas de más de ocho mil en el planeta.

A lo largo de los noventas surgieron historias admirables de sherpas que hicieron ascensos con destreza y reconocida fuerza física en el Everest y en otras montañas de altitud extrema del Himalaya, como Babu Chiri Sherpa. Pero en un afán nato del ser humano, por alimentar su ego y darle rienda suelta a su lado megalómano, surgieron los "primeros." Los "primeros en esto", "los primeros en aquello", "los primeros en cuanto se nos ocurra." Nació la moda y se propagó - como la viruela de La Española en 1518 y de ahí a Puerto Rico en 1519 y luego a Cuba en 1520 - el publicitar "el primer estadunidense en subir a la cumbre del Everest", "el primer latinoamericano", "el primero por la ruta norte", "la primera evangelista", "el primer bombero", "la primera maestra", "el primero que se come una torta de jamón allá arriba", etc. Lo que uno se imagine. Hasta yo caí en eso, debo confesar: el primero en lograr el cruce del Canal de la Mancha y ascender a la cumbre del Everest. ¡Qué surrealismo.

- ¿Y a qué viene todo esto? –
- Como el huevo y la gallina, o esto nació en el propagandismo moderno o nació en la política. -

Que en tiempos en que deseamos dictar la historia sin que haya transcurrido, ya tenemos el ansia e ímpetu, más que trabajar en lograr resultados y esperar a que los hechos nos califiquen y definan, en establecer fases de transformación social que por inaudito que se escuche, no producen evolución.

Y si las vamos a contar, en México, pues empecemos a contarlas bien. Porque si, ni eso se puede contar, pues, menos llevar una sana y fructífera economía nacional - y menos de bienestar y progreso.

La primera transformación en México fue precisamente a la llegada de los españoles y con la edificación de la Nueva España. Esto no se puede negar ni ocultar. La historia es lo que es. Y para los que se sientan insultados por la historia, pues que consideren también a Totonacas, Tlaxcaltecas y otros pueblos dominados que contribuyeron a la caída del Imperio Azteca - ¿o cómo 400 españoles arrasaron con un ejército que subyugaba a 15 millones de personas? Cero y llevamos una.

La segunda con la lucha de la Independencia, esa que todos conocemos y festejamos con pozole y tequila el 15 de septiembre por la noche. Básicamente en la que criollos y mestizos se unieron para sacar a los "chapetones" de las estructuras de poder; y también por incursionar hacia un modelo democrático incipiente pero con libertades básicas para los habitantes de México. Ahora llevamos dos: dos.

La tercera, con el movimiento armado de la Revolución Mexicana, que festejábamos el 20 de noviembre con un desfile deportivo colorido y emocionante, que nos quitaron los tecnócratas para concentrar nuestros esfuerzos y energía en el Buen Fin. Una lucha que inició por la inmovilidad en el poder pero, además, por la grave injusticia social que persistía y se acentuaba. Ya llevamos tres: uno, más dos, y una más, son tres.

Noten ustedes y por favor discúlpenme, que me salté al Benemérito de las Américas, y créanme que me cae re bien y lo admiro como a pocos, pero también seamos claros y honestos, que conducía a la Patria hacia el poder omnímodo, como finalmente sucedió con Porfirio Díaz.

La cuarta, que no se puede soslayar, cuando se habla del periodo ejemplar mexicano por el mismo que hoy pregona una nueva política económica nacional. La del desarrollo estabilizador – por otros denominado el "periodo del milagro mexicano" – que inicia con Lázaro Cárdenas y culmina con Adolfo López Mateos. Pacificación nacional y terminación de las matanzas entre los caudillos post revolucionarios; creación de instituciones públicas base para México; impulso de un primer Estado de Derecho y crecimiento económico sostenido anual promedio del 6% del PIB. Y suman cuatro: llevamos cuatro, ni más ni menos.

Así que si deseamos hablar de la próxima, de la próxima transformación, esa sería la QUINTA. Y ésta no podrá ser sin dos componentes fundamentales: (i) el empoderamiento ciudadano materializado en la creación de un Cuarto Poder de la Unión, que se erija como un contrapeso real de los excesos de los tres poderes conservadores (legislativo, ejecutivo y judicial) y que merme el presidencialismo enfermizo que ha invadido a México desde el inicio de la República; y (ii) un modelo económico que aspire al Progreso Integral Sostenible. No bajo un esquema de dictadura de partidos políticos ni de crecimiento económico mediocre. Punto.

- Ah, y por cierto, la economía sí es una ciencia. Una cosa es que no se comprenda y, otra, que no sea ciencia. Si diversos economistas o financieros no la saben aplicar para el desarrollo o la emplean para conveniencia mercenaria, no le resta su carácter científico: es una ciencia social.
- Y a todo esto, ya entrado en aclaraciones, no existe la "economía moral." Eso es una mera confusión mental y muestra de traer atorado un laberinto procesal de las ideas, que le incapacitan a sintetizar conceptualmente lo que se jacta en conocer.

Dado que este artículo, hipotéticamente, era sobre economía, digamos, para cerrar, que el ancla de la economía mexicana y sus fallas estructurales son:
- La estructura productiva y de comercialización de materias primas y mano de obra como base del impulso económico nacional, ante la falta de INVERSIÓN EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
- Y, desde luego, la carga excesiva de la deuda nacional.

En el próximo artículo hablaremos de ello.

"La rareza fija el precio de las cosas."

- Petronio –

Hugo Rodriguez B.

Hugo Rodriguez B.

Nací en Tlalpan, Distrito Federal y cursé tres licenciaturas: en Comunicación, en Derecho y en Economía. La Maestría en Administración y el Doctorado en Ciencias. Adicional a mis actividades académicas, destaqué en los ámbitos deportivo y profesional. Deportivamente, ascendí en dos ocasiones al Monte Everest y soy el único ser humano que sobrevivió una noche en las inmediaciones de la cumbre sin oxígeno, tienda de campaña ni sleeping bag, situación de sobrevivencia que me fortaleció en disciplina y determinación para lograr todo lo que me he propuesto en la vida. Adicionalmente crucé a nado en dos ocasiones el Canal de la Mancha. Además tengo el récord mundial de larga distancia en nado de mariposa de 70 kilómetros de Cozumel a Cancún. Fui galardonado con el Premio Nacional del Deporte en 1986 y el Deportista del Siglo en el año 2000 (con 55 deportistas más de diversas disciplinas). He sido considerado como uno de los deportistas de extremo y alta resistencia más destacados del mundo.

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