SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL

LA ECONOMIA DE LOS HUEVOS RANCHEROS III

LA ECONOMIA DE LOS HUEVOS RANCHEROS III

Siguiendo con el texto del artículo anterior, digamos que, en la época porfiriana la economía se volvió más dinámica, se fortaleció el comercio interno y externo, se incrementó la inversión extranjera, se creó infraestructura como la red ferroviaria nacional, se consolidó un complejo minero-ferrocarrilero-agrícola (controlado por inversionistas de Estados Unidos e Inglaterra), creció el sistema bancario nacional y con ello la extensión de créditos al sector productivo. La agricultura elevó su nivel de productividad y las exportaciones se multiplicaron (nuevamente de materias primas destacando las de plata). En 1905 se introdujo tecnología estadounidense y británica, desplazando mano de obra doméstica, y también en ese año nació la industria del cemento y la de siderurgia.

Mientras tanto, el mundo desarrollado experimentaba una sólida modernización de su industria luego de la introducción de los motores de combustión interna y de la electricidad. Ello transformó por completo los procesos manufactureros durante la primera década del Siglo XX, al tiempo que se gestaba una fase depresiva y en vísperas del comienzo de la Primera Guerra Mundial - lo que traería vaivenes y desequilibrios políticos y económicos por casi 30 años.

En ese lapso, por ejemplo, en 1918, Inglaterra mostró un desempeño económico de apenas el 50% a lo que había registrado en 1913. Fue a tal grado impactante que entre 1918 y 1919 la Asociación Americana de Ayuda Humanitaria (American Relief Association) instrumentó un programa para apoyar a Europa mediante el otorgamiento de 1,415 millones de dólares en alimentos. El mundo financiero tuvo una metamorfosis que establecería un nuevo orden internacional en las décadas por venir: los países acreedores se hicieron deudores; y Estados Unidos emergió como potencia económica. En este devenir, con el nuevo jugador en la arena financiera internacional, hacia 1928, algunos mercados de esa nueva y pujante economía se acercaron a su saturación, los precios descendieron, la especulación arreció, se elevó la reventa a precios más altos, subieron las tasas de interés, la producción industrial disminuyó y finalmente, en octubre de 1929, los precios de los títulos se derrumbaron: el sistema financiero y económico internacional se colapsó.

Unos años más tarde estalló la Segunda Guerra Mundial que trajo más años de inestabilidad económica. Atrapando a Europa en un punto de inflexión y proyectando al mundo hacia una nueva geopolítica liderada por dos bloques hegemónicos que darían nacimiento a una nueva forma de hacer la guerra: la guerra fría, y con ella, la económica, financiera y comercial.

Por su parte, en México, había culminado la Revolución Mexicana, periodo en el que se paralizaron varias ramas de la producción, como la agricultura, minería, el transporte de carga ferroviario. No siendo suficiente, el país había padecido la concurrencia de la múltiple acuñación de moneda por cada ejército en lucha. Paradójicamente y pese al desabasto de productos básicos para la población, en ciertas ramas de la producción, las impulsadas por la inversión extranjera, la producción continuó en sus niveles acostumbrados y en algunos casos incluso más altos como fue el caso de la industria petrolera que se elevó notablemente hasta colocar a México en el segundo lugar de producción mundial.

En la época posrevolucionaria y mientras el mundo transitaba por las dos guerras mundiales, México mantuvo relaciones comerciales con Estados Unidos y Gran Bretaña, haciendo que la venta de materias primas mexicanas se multiplicaran. En este contexto, en nuestro país, se mejoraron los sistemas monetario y financiero, se implantó un nuevo sistema fiscal, se reactivó el desarrollo en el campo y se redefinieron las relaciones entre los sectores de la población. Fue de 1934 a 1940 cuando se avanzó en la Reforma Agraria y canalizaron fondos para la mejor producción de la tierra hasta satisfacer las necesidades de consumo de la población. Los sectores populares fueron incorporados en el nuevo esquema de desarrollo a través de distintas organizaciones. El sector obrero tuvo una destacada participación en este proceso, pues se convirtió en un agente dinámico de la economía.

Luego con la expropiación de la industria petrolera vino el rompimiento con la inversión extranjera y se instauró el proteccionismo por varias décadas. En estas circunstancias, el gobierno canalizó diversos apoyos a la pequeña y mediana empresas y creó organismos financieros para el fomento de la actividad productiva: la Banca Nacional de Desarrollo como la Banca Nacional Financiera, el Banco de Comercio Exterior y el Banco Agrícola.

Desde el momento de la expropiación petrolera y en el transcurso de la década de los cuarenta, el despegue de la industria mexicana fue destacado – siendo que Estados Unidos y Europa, entre tanto, se ocupaban en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno mexicano dio un apoyo trascendental a la industria mexicana no solo mediante los créditos de la banca de desarrollo sino a través de exenciones fiscales, disminución de algunos impuestos, incremento del gasto público en la creación y ampliación de infraestructura, instalación de la planta productiva en los lugares de consumo, disminución de las tarifas de los servicios públicos relacionados con la rama industrial y mejora en el poder adquisitivo de la población.

Durante las dos décadas siguientes, cincuenta y sesenta, la política de fomento a la industria continuó siendo objetivo prioritario: hubo continuidad. Se dio especial atención al desarrollo de la industria petrolera, petroquímica, minera, eléctrica y a la ampliación de la infraestructura de transporte y comunicaciones. El empleo se incrementó en la industria manufacturera y en la construcción, hubo estabilidad de precios, se elevó el ahorro interno y el gobierno tuvo una participación intensa como agente económico y como rector de la economía misma - todo ello al emplear el gasto público como variable fundamental para dinamizar la demanda agregada.

El cambio en México fue extraordinario hasta fines de la década de los sesenta, para mutar de una economía agro-minera a una industrializada media. En la región latinoamericana nuestro país pasó a ocupar el segundo lugar en planta productiva, logrando el crecimiento económico por década más elevado en el continente americano: el famoso "Milagro Mexicano" de 1935 a 1970.

- El crecimiento promedio anual del PIB fue de 5.9% en esos 35 años -
- ¿Les parece que las condiciones actuales son similares a las de esos 35 años para asegurar, en un mero discurso, por deseo, ocurrencia o demagogia, que hoy podemos implantar el mismo modelo del "Milagro Mexicano"? –

Veamos estos datos: sexenio del Presidente Lázaro Cárdenas 4.51% de crecimiento económico ANUAL en promedio; Manuel Ávila Camacho 6.15%, Miguel Alemán Valdés 5.78%, Adolfo Ruiz Cortines 6.42%, Adolfo López Mateos 6.39%, Gustavo Díaz Ordaz 6.24%.

- ¿Quieren saber algo más? –
- El crecimiento anual promedio de la economía mexicana durante esos 35 años descontando el crecimiento demográfico fue de 3.1%.
- ¿Qué tal? -

Y hasta aquí sobre algo de historia de la economía mexicana, que a partir de 1971 todos sabemos lo que ocurrió; y si lo olvidamos o lo desconocemos, pues, tranquilos, porque ahora lo volveremos a vivir.

"Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla."

- Confucio -

Hugo Rodriguez B.

Hugo Rodriguez B.

Nací en Tlalpan, Distrito Federal y cursé tres licenciaturas: en Comunicación, en Derecho y en Economía. La Maestría en Administración y el Doctorado en Ciencias. Adicional a mis actividades académicas, destaqué en los ámbitos deportivo y profesional. Deportivamente, ascendí en dos ocasiones al Monte Everest y soy el único ser humano que sobrevivió una noche en las inmediaciones de la cumbre sin oxígeno, tienda de campaña ni sleeping bag, situación de sobrevivencia que me fortaleció en disciplina y determinación para lograr todo lo que me he propuesto en la vida. Adicionalmente crucé a nado en dos ocasiones el Canal de la Mancha. Además tengo el récord mundial de larga distancia en nado de mariposa de 70 kilómetros de Cozumel a Cancún. Fui galardonado con el Premio Nacional del Deporte en 1986 y el Deportista del Siglo en el año 2000 (con 55 deportistas más de diversas disciplinas). He sido considerado como uno de los deportistas de extremo y alta resistencia más destacados del mundo.

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