ESTAMOS ACABANDO CON EL PLANETA.
Somos afortunados tan solo por tener vida; y si tenemos salud aún mejor. Atendiendo a las probabilidades de haber sido concebidos y haber nacido, que son de una entre 400 mil trillones, podremos valorar de mejor forma el día de hoy y cada día que venga.
Frente al universo somos diminutos y frente a su existencia de 13,835 millones de años infinitamente efímeros.
No obstante, por un lado asumimos una vida material y plagada de rutinas apresuradas sin importarnos los demás, la naturaleza o el planeta. A esto le llamamos modernidad y éxito.
Es absurdo que en la dinámica del universo, nuestro estilo de vida, ese del nuevo milenio, se base en patrones de consumo sin fin y que hasta en los cursos de capacitación – que nunca de formación – nos hagan creer que en la vida todo se mueve alrededor de alcanzar objetivos materiales: que todo es competencia. La premisa tan equivocada de la sociedad moderna es que el mundo es de los ganadores y los perdedores quedarán así marcados por la eternidad. En lo que sea, en lo que hagamos y hasta pensemos.
Cabe pues hacernos tres preguntas como parte de la raza humana y por los daños que hemos causado al planeta:
- ¿Vale la pena perder el tiempo en cosas huecas? –
- ¿Vale la pena hacer el mal? –
- ¿Es correcto estar acabando con el planeta? -
Hoy debemos Salvar al Planeta.