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Cada mente es un cosmos

Cada mente es un cosmos
Interior y exterior.

Tradicionalmente, se decía, "cada cabeza es un mundo" y ciertamente lo podemos reconocer así. En cada vida hay tanta experiencias, como sentimiento y pensamientos.

El ser humano es singular y múltiple, individual y colectivo. Vive para sí mismo y cuando quiere se vuelca hacia los demás, puede ser egoísta y altruista. Llega a tener un cosmos dentro de sí mismo, tanto como el cosmos que quiere conocer fuera de sí.

Las aulas de clases deben también poner especial empeño en enseñar a conocerse a sí mismos, al igual que se quieren enseñar las ciencias que nos enriquecen el conocimiento de todo lo que sucede en éste planeta.

Aunque una vida sea banal, sin chiste y con una cabeza superficial y consumista de lo frívolo, tiene un mundo de cosas en su interior que también se pueden explorar.

Hay que inducir, en cada estudiante, el entusiasmo por explorar esa riqueza interior y hacerlo un apasionado excursionista de sus emociones, sentimientos, recuerdos, percepciones, fantasías, razonamientos, temores, agobios, deseos, preocupaciones, amores y odios, en fin todos los valles, ríos y montañas que existen en su interior, incluyendo las oscuras cavernas de lo oculto, de sus íntimos secretos y desde luego que conozca algo del complejo inconsciente tan estudiado por Sigmund Freud.

Cada persona "lleva en sí sus multiplicidades interiores, sus personalidades virtuales, una infinidad de personajes quiméricos, una poli existencia en lo real y lo imaginario, el sueño y la vigilia, la obediencia y la transgresión, lo ostentoso y lo secreto, hormigueos larvarios en sus cavernas y precipicios insondables. Cada uno contiene en sí galaxias de sueños y de fantasmas, impulsos insatisfechos de deseos y de amores, abismos de desgracia, inmensidades de indiferencia congelada, abrazos de astros en fuego, desencadenamientos de odio, extravíos débiles, destellos de lucidez, tormentas dementes...", señala E. Morin.

Toda una geografía cósmica que conocer dentro de cada uno de nosotros y tan sólo descubrimos algunas pinceladas de nosotros mismos, a lo largo de tantos años de estudio en la escuela.

Vivimos sólo con las herramientas que nos va regalando la experiencia y no desarrollamos nuestra inteligencia para indagar lo que nos pasa y poder alcanzar a superar los múltiples desafíos y obstáculos que nos impone la realidad cotidiana.

Muchas personas sucumben en la vida, porque no saben cómo resolver un maltrato infantil de sus padres o una violación de un intruso o de un despiadado familiar. Cuántos caen en adicciones y tortuosos vicios, porque tampoco supieron superar la muerte de sus padres o los primeros desamores. Y todo porque nadie les enseñó a luchar y a superar los problemas de la vida, dado que todo lo interno humano, no está en el programa escolar. Se estudian las ciencias del exterior, pero se olvidan de las ciencia que indagan sobre el cosmos interior de cada uno de nosotros.

Es inaplazable, en la educación, considerar la importancia de la moral y de la toma de conciencia de la riqueza cultural dentro de sí mismos y proveer de las herramientas adecuadas para que sean personas de bien, civilizados y resistentes al dolor y al sufrimiento, y así servir a la comunidad y alcanzar a probar la bendita felicidad.




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Guillermo Dellamary

Guillermo Dellamary

Dr. Guillermo Dellamary Soy un psicólogo, filósofo, con más de 30 años de experiencia y buscando ayudarte a vivir tu vida de una mejor manera.

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