El hombre inteligente y el demente

Hemos de revalorizar la visión que tenemos del ser humano, dejar de ver sólo el lado racional (homo sapiens), el técnico (homo Faber), las actividades utilitarias ( homo económico) y el de las necesidades obligatorias (homo prosaicus), y acabar por aceptar que somos unos seres muy complejos y que incluso llevamos implícita una manera bipolarizada en los caracteres antagónicos. Según reflexiona E. Morin.

Comprender que somos unos seres que vivimos con las dos caras de la moneda, es decir no siempre somos racionales y que muchas veces actuamos de una manera opuesta, que en vez de ser creativos, perdemos el tiempo y caemos en ociosas rutinas, como también vivimos en la fantasía y somos capaces del derroche, en vez del ahorro y la productividad.

Muchas personas en vez de dar un testimonio de ser un auténtico hombre inteligente y racional (homo sapiens), nos demuestran que son capaces de la crueldad, egoísmo, pereza y, en fin, de vivir una vida inútil y sin sentido (homo demens).

Vivir de ilusiones, fantasías y en la emotividad, rayando en el mito. Puede ser un claro ejemplo de que no recurre mucho a su inteligencia y de que vive en la impulsividad y las conductas primarias sin desarrollar sus capacidades superiores.

Hoy vemos que gente muy trabajadora, a la vez se mete a derrochar su dinero en un casino y cae fácilmente en la ludopatia. Y peor aún, la esposa que sin trabajar dilapida el dinero que gana el marido.

Por un lado, el hombre que genera empresa, produce capital y desarrolla las finanzas, a su vez genera un mundo de consumistas sin freno. Gente que sólo vive pensando en qué gastarse el dinero y no en cómo ganárselo con su propio esfuerzo.

Hay seres muy amorosos, generosos, afectivos que viven llenos de fervor y cultura, tienen su opuesto en personas que son frías, egoístas, y que llegan a ser sicarios, torturadores y secuestradores sin importar en nada el sufrimiento de los demás.

"El amor es poesía. Un amor naciente inunda el mundo de poesía, un amor que dura e irriga de poesía la vida cotidiana, el fin de un amor nos devuelve a la prosa", nos recuerda Morin.

Pero ciertamente, mientras unos hombres inteligentes y cultos se esmeran en hacer de este planeta un mundo más civilizado, por el otro, aún persiste el comportamiento demente de producir armas, de crecer el militarismo, de acabar con los bosques con la tala clandestina, de contaminar ríos, lagos y mares; de restarle importancia a la vida y ser insensibles, al aborto y a la muerte de infantes envueltos en la miseria, el hambre y la marginación.

En vez de dedicarnos al desarrollo de nuestra inteligencia, en las artes y las ciencia, el homo demens insiste en desgastarse con la comida chatarra y a hacer fiestas con drogas y alucinógenos. En vez de creer en las virtudes, como el sacrificios y vivir en un creciente egoísmo sin ni siquiera pensar en su propia muerte.

Sí, somos unos seres muy complejos y con dos caras, tú sabrás en cuál te esmeras en desarrollar en lo que te queda de vida.

Hay qur educar a nuestros hijos, para que comprendan esta dualidad.



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