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Un paseo por el Sena

Un paseo por el Sena
¿Por quiénes votarán los jóvenes?

Se atribuye a Enrique de Navarra, más tarde Enrique IV, rey de Francia, la histórica "París bien vale una misa". El Rey Bueno, sé convirtió al catolicismo para entrar victorioso en París y reinar con políticas de bienestar, "la poule au pot" , o un pollo en cada cazuela, v.gr. antecedente indiscutible desde fines del s. XVI, de nuestra secretaria de Desarrollo Social de principios del s. XXI., asimismo de las tarjetas Monex y rositas.

Hoy en día, como escribió Walter Benjamín en su memorable texto, ya no es la capital del siglo, ¿ acaso serán Shanghai o Dubái?; sin embargo, sigue valiendo misas completas de Viernes Santo, en la Sainte Chapelle por ejemplo. A pesar del tráfico tanto en la superficie con autos particulares, creciente uso de bicicletas en ciclopistas que invaden a pacientes caminantes sin prisa , motociclistas que osados manejan como enjambres de mosquitos , camiones y taxis cada vez más caros y también con un metro cada vez más saturado. Asimismo a pesar del crecimiento incontrolado y anárquico de ciudades dormitorio en los suburbios, siempre necesitadas de mejores servicios públicos. A pesar de continuas amenazas y eventuales ataques de terroristas siempre al acecho; a pesar de los millones de turistas que todo lo invaden en busca de precios de oferta y de migrantes de todas partes del mundo que se asumen parisinos con solo pasear por las riveras del Sena o visitar el Jardín de Luxemburgo, y no les falta razón, todo hombre o mujer en busca de libertad es parisino aunque sea sólo por unos días.

Sin embargo, cabe subrayar que la vida no es fácil aquí: las rentas son de caras a carísimas y los jóvenes cada vez más se resisten y con razón a seguir el ejemplo de sus mayores, de la casa a La Oficina, de La Oficina a la casa... ya ven hoy en el horizonte que cuando se jubilen habrá forma de que les reduzcan las pensiones o, como en México, habrá afores que las desaparezcan. Estos jóvenes con la nueva tecnología de su parte parecen más libres y paradójicamente más esclavizados a ella misma, más aislados, menos lectores, buscadores de ganancias fáciles y contratos tecnológicos siempre para incidir en las decisiones de los demás a través de las redes sociales... y parecen, sin embargo, menos interesados en los demás que anteriores generaciones, más autocomplacientes con ellos mismos siguiendo a pie juntillas la frase de Enrique IV como una guía de conducta intachable.

Pues bien, ¿por quiénes votarán los jóvenes tanto en Francia de Macron como en México en julio? México que siempre ha visto como referencia positiva de conducta lo que pasa en Francia, especialmente en París, donde hoy un expresidente y secuaces serán enjuiciados por corrupción con el aplauso de muchos jóvenes. ¿Algún día ocurrirá ello aquí? Por lo pronto espero, deseo, que los jóvenes salgan masivamente a votar, que no vendan su voto, que aspiren y luchen por una vida mejor, más diga y comprometida. Que voten convencidos, como lo hacemos los viejos, que esa es la mejor opción. Sabemos que a nosotros no nos moverán jamás, las buenas conciencias son de barro, primero se quiebran que reconocer cualquier error. Los jóvenes pueden hacer la diferencia, como en su tiempo Los Tres Mosqueteros, después del asesinato lamentable de Enrique IV y según sus memorias por una conspiración de jesuitas esbozados, que nunca creyeron en su renuncia protestante, en su transformación, en su nuevo compromiso. En efecto, en su nueva conciencia.

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Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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