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Huevo y gallina entre Venezuela y UE

Huevo y gallina entre Venezuela y UE

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Nuestro ilustre canciller Luis Videgaray ha demostrado ser mucho más lento como aprendiz de diplomático que como apologista de la geopolítica estadounidense

En el marco de las negociaciones en República Dominicana entre el gobierno y la oposición venezolana este pasado lunes, la Unión Europea decidió sumarse a las sanciones impuestas por Estados Unidos y Canadá contra la alta burocracia venezolana. Lo cual desestabilizó las negociaciones y llevó al gobierno venezolano a responder adelantando para el 30 de abril las elecciones planeadas para el próximo diciembre.

Frente al creciente impacto de las sanciones internacionales sobre la economía del país sudamericano, la hiperinflación, la crisis de abastecimiento y la subsecuente erosión de la popularidad del gobierno, el adelanto de las elecciones es una medida por la cual los chavistas buscan salvar lo que puedan pues, de llevarse a cabo los comicios hasta finales de año, su posicionamiento sería mucho más débil.

En cambio, en este momento su postura es fuerte, pues en los comicios municipales del pasado diciembre el MUD (la coalición opositora, Mesa de la Unidad Democrática) se abstuvo de participar, por lo que el chavismo se hizo de 308 de las 335 alcaldías de Venezuela. Con el adelanto de las elecciones el gobierno busca aprovechar al máximo el "desanimo" que actualmente cunde entre los opositores.

Nuestro ilustre canciller Luis Videgaray, que ha demostrado ser mucho más lento como aprendiz de diplomático que como apologista de la geopolítica estadounidense, denunció que la convocatoria es incompatible con la negociación en República Dominicana. Sin embargo, olvidó mencionar como las nuevas sanciones de la EUA también hicieron lo suyo para complicar esas mismas negociaciones, que hasta entonces iban fluyendo sin contratiempo. Junto con él, los 14 gobiernos caribeños y latinoamericanos que se hacen llamar el Grupo de Lima también rechazaron la convocatoria a comicios adelantados hecha por los chavistas. En un comunicado señalaron que "esta decisión imposibilita la realización de elecciones presidenciales democráticas, transparentes y creíbles, conforme a estándares internacionales y contradice los principios democráticos y de buena fe para el diálogo entre el gobierno y la oposición." Habría que preguntarles cuál sería el calificativo que usarían para la fe con la que la Unión Europea impuso las nuevas sanciones que desestabilizaron del dialogo de la República Dominicana.

El gobierno de Estados Unidos, obviamente, coincidió con lo dicho por el Grupo de Lima y, cómo no, si los catorce gobiernos que lo conforman parecen una lista de who is who de sus estados vasallos en el continente americano. El gobierno de Trump dijo que respalda "un sistema de elecciones real, completo y justo y no a la ilegítima Asamblea Constituyente que fue confeccionada por Maduro."

Sin legitimar el terrible gobierno de los chavistas, no podemos evitar preguntarnos ¿con qué autoridad moral puede la EUA imponer sanciones a los países del tercer mundo?, si no ha hecho reparaciones ni pedido disculpas por todas las atrocidades y crímenes cometidos por los poderes coloniales que conforman sus filas. ¿En realidad tendrán el bienestar de los venezolanos como objetivo? ¿O estarán, como siempre, pensando en sus propios intereses geopolíticos, principalmente proteger el petrodólar?

Por el otro lado está también la cuestión de la legitimidad del canciller mexicano, que cada vez parece más un mouthpiece del gobierno de Trump, que representa un gobierno con peores niveles de aprobación que los del propio Nicolás Maduro, en un país donde, según datos de uno de los mismos medios de propaganda estadounidense, CNN, hay más de 32 mil desaparecidos. Gobierno cuya llegada "democrática" al poder es altamente cuestionada a nivel nacional e internacional y cuyo mandato ha estado manchado por un escándalo de corrupción e impunidad tras otro.

Por último, pero con la mayor importancia ¿Qué autoridad moral tiene el gobierno de Trump, actualmente bajo sospecha e investigación por la probable intromisión rusa en su campaña presidencial, para exigir un sistema de elecciones real, completo y justo en Venezuela?

De nuevo, sin legitimar el ridículo gobierno de Maduro, tristemente la respuesta a estas preguntas es que en políticas y relaciones internacionales la regla sigue siendo la ley del más fuerte, el maquiavelismo, y no la jurisprudencia ni la legalidad. Ni la Unión Europea, ni los Estados Unidos tienen autoridad moral alguna, pero poseen la fuerza bruta y desde ella pretenden legitimar sus intereses; los venezolanos en realidad les importan muy poco y si para quitar al gobierno chavista tienen que matar de hambre a la mitad de ellos, seguro lo van a hacer sin sentir culpa alguna, pues los grandes perdedores de ser exitosas las negociaciones de República Dominicana serían estas superpotencias.


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Luis Rodrigo Farias

Luis Rodrigo Farias

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