INTERNACIONAL

La importancia geoestratégica de Irán

La importancia geoestratégica de Irán

Foto Copyright: Asociated Press

La nueva ruta de la seda.

Irán, localizado en el centro de Asía, tiene una enorme importancia geoestratégica por ser el quinto productor de crudo a nivel mundial. Además tiene la segunda reserva más grande de gas natural y la cuarta reserva de petróleo del mundo. China es el principal comprador de su crudo, pero las relaciones estratégicas entre los dos países son mucho más profundas que eso.

En el año 2013 el presidente Xi Jinping presentó el proyecto geoestratégico de su país para el siglo 21: la nueva ruta de la seda. Un ambicioso proyecto de inversión en infraestructura para conectar a China con Europa, África y el resto de Asia. En realidad el plan, que requerirá una inversión total de más de 900 billones de Dólares, no es una sola ruta, sino múltiples líneas marítimas y terrestres que, de concretarse, harán de China el centro económico del mega continente.

Estados Unidos sabe que los dos puntos débiles del proyecto son 1) en el sur del mar de China, donde Beijing ya les lleva la delantera y parecen imparables, y 2) en Irán donde los americanos creen aún estar a tiempo para impedir el avance chino.

Las líneas terrestres de la nueva ruta de la seda se dividen en dos grupos, unas que pasarán por arriba del mar Caspio, conectando con Rusia y Asia central, y las principales que irán por debajo del mismo mar y conectarán con Europa. Para pasar por debajo del mar Caspio necesariamente cruzarán Irán, conectándose todas en la capital Teherán. Irán es pues, por su posición geográfica, un pivote esencial para poder conectar a China con el otro extremo del mega continente. Se entiende porqué la alianza con el gobierno iraní es de vital importancia para el proyecto chino del siglo 21.

Los gringos saben que de concretarse la ruta de seda, China les puede arrebatar el dominio sobre el mega continente, al cual Sir Halford Mackinder, el padre de la geopolítica, llamaba la isla mundial. Según su teoría, los imperios dependen de tener el control sobre ella para poder establecerse como tales. La nueva ruta de seda es, pues, un asalto directo al control norteamericano de la isla mundial y, por lo tanto, al fundamento de su imperio. Washington sabe bien que el proyecto chino lo puede dejar económicamente fuera de la jugada.

Así como el tren transiberiano en su momento representó una amenaza para el dominio económico europeo sobre el mega continente y constituyó una de las causas profundas de la primera guerra mundial, la nueva ruta de la seda podría, al acercar los extremos de la isla, cambiar por completo el balance de fuerzas en el mundo y los americanos están nerviosísimos.

Tal parece que Estados Unidos está consciente de que en esto le va su preminencia económica y está dispuesto a empezar la tercera guerra mundial con tal de conservar el imperio que se le desmorona entre las manos.

Quizás por eso Trump nombró asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca a John Bolton, quién ha prometido a sus muyahidín liberar Teherán antes de que termine el 2018.

En una entrevista del 2007 con la reportera Amy Goodman, el General Wesley Clark, que fuera el comandante supremo de la OTAN de 1997 al 2000, dijo que Washington tiene un problema grave porque ya sólo le queda una última herramienta geopolítica, su poder militar, y porque cuando lo único que tienes es un martillo sólo puedes ver todos los problemas como clavos. El imperio americano ha quedado ciego ante cualquier otra alternativa que no sea la militar.

Mientras que la estrategia china es un proyecto de inversión e infraestructura, la estrategia americana no puede ser nunca más que el bullying militar. Mientras que China trata de construir líneas terrestres y marítimas que beneficiara el comercio y la distribución de bienes, acercando al mundo, Estados Unidos sólo ha construido una red de bases militares y centros de detención clandestina que mantienen dividida la isla mundial y que sólo benefician al dólar. En realidad, respecto al mega continente, Washington se comporta como un parasito.

La Casa Blanca parece estar lista para usar el martillo una vez más, no les queda de otra. Tristemente la dirección tomada al querer cambiar el régimen en Teherán lleva inevitablemente a un conflicto con China. El riesgo de una tercera guerra mundial es muy real con las cosas como van. Las condiciones ya están dadas sólo falta el catalizador.

En las próximas semanas, con el público distraído con los juegos de football, el mundial proveerá la oportunidad perfecta para un evento de tipo bandera blanca que desencadené el conflicto que tan desesperadamente necesitan los norteamericanos para tratar de salvar su imperio. Esperemos que prevalezca la razón, pero se ve difícil con Trump y Bolton al timón.

#LFMOpinión
#LaNuevaRutaDeLaSeda
#China
#EUA
#LaIslaMundial
#Irán

Luis Rodrigo Farias

Luis Rodrigo Farias

Sigueme en: