LA NAVE VA

Sufragio efectivo

Sufragio efectivo

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La nave va

Las encuestas electorales no son sólo estudios de tendencias, sino sobre todo mecanismos de manipulación del voto. Juego sucio porque niegan y aún cancelan los recursos sustantivos de la política: exponer y confrontar ideas, propuestas, argumentos. Es decir, descomponen la política, o para decirlo a la moda, la corrompen. Peor aún –porque aunque usted no lo crea, hay cosas peores que la corrupción— la falsifican. Un año antes del inicio del proceso electoral, con la complacencia del INE y de Gobernación, las encuestas irrumpieron con una escandalosa impertinencia, espetando la consabida pregunta: si ahora hubiera elecciones a la Presidencia ¿por quién votaría usted? Y para los que andan diciendo que "el hubiera" no existe, "el hubiera" cobró vida: sin elecciones presidenciales a la vista ni mucho menos candidatos, sin contexto ni norma, la respuesta más frecuente entre los supuestos interrogados no se hizo esperar: López Obrador, habida cuenta su prolongada exposición pública, casi siempre ajena a la legalidad, reencarnación continua de una autoasignada legitimidad, una incansable chaira docenal. Cuando se acercaron los tiempos que la ley marca como electorales, las cándidas encuestadoras suscribieron la paradoja de Aquiles y la tortuga asignándole una irreductible ventaja al candidato permanente sobre otros aún inexistentes. Y cuando el INE, siempre tan atento a que nadie se adelantara, dio el banderazo, el ganador ya había sido designado de manera irrevocable. De semejante portento democrático se ha servido López para descalificar las razones ajenas, cancelar la discusión y poner las encuestas por encima de los ciudadanos. Pero nadie se muere en la víspera y el 1 de julio veremos si los sufragios rescatan las urnas.

Raúl  Moreno Wonchee

Raúl Moreno Wonchee

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