Al cierre

Cierra la campaña de Anaya pagando pecados de impericia y soberbia. Y quién mejor para darles cara que Jorgito Castañeda.

Su encuesta en Twitter fue un tiro en el pie en el momento más inoportuno.

Con una salvedad, las respuestas expresan más el desprestigio del que goza el analista coordinador, ajonjolí de todos los moles y champurrado de todas las ideologías, que su pupilo candidato.

A López Obrador, salvo el descalabro epónimo en Veracruz (se echó de menos el dinero y apoyo de Duarte) sigue en su zona de protección con actos masivos que son los suyos; no obstante, de propia voz marca signos de preocupación: llama a votar parejo, se vio obligado a postear un video defendiendo a ¡Sansores! y en Nuevo León promete que Romo será su Jefe de Oficina.

Lo último suena a un guiño a la clase empresarial neolonesa, donde, por cierto, Romo no goza de cabal prestigio y delata posible fisuras en la construcción de alianzas con el sector empresarial. El hecho que a estas alturas siga mandando mensajes de que se va a portar bien con la economía y los señores del dinero solo indica que no le creen y ello responde a una campaña de decirle a cada quien lo que quiere oír, lo que termina por empantanar cualquier dejo de certeza.

Defender a Sansores lo veo más bien como un goodbye tiket para la cachirula, Hasta aquí te apoyé, parece decirle. No sin un costo alto en el renglón de voto indeciso que sigue dudoso de su cartelera: la propia Layda, Nestora, Napito y un largo rosario de impresentables.

Finalmente, votar parejo no deja de ser una aceptación tácita de que en sus números anida un alto porcentaje de indecisos que pueden volar cual inversionistas apanicados a la primer señal que les incomode y que, incluso, deseen que aparezca.

Meade creo que sigue perdido en su propio cuarto de guerra, no obstante no ha cometido errores garrafales en estos últimos días.

Mikel cierra en condiciones de competencia real; lo señalo porque es un elemento que indica que en la capital y municipios conurbados del Estado de México pudiera haber sorpresas que alteren la tranquilidad de algunos estrategas de la liga presidencial.

El Bronco resiste el fuego enemigo del INE, empecinado en enterrar las candidaturas independientes y en tomar un papel de jugador en la cancha y no de arbitro.
Llegamos así a casi el final de unas campañas enfadosas y desvirtuadas por un manejo poco claro de las encuestas.

Pero no bajemos la guardia, ahora que empiecen los días de guardar silencio seremos receptores de todo tipo de información tendenciosa, desde los rumores más temerarios a las bajezas más deleznables. Ésta es la democracia que hemos construido.

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