El quinto seguirá siendo un sueño

Tras el horrendo juego contra Suecia, la selección mexicana terminó en segundo lugar del grupo F, dejándolo así a la espera del primer lugar del grupo E que fue nada más y nada menos que Brasil, que venció a Serbia para tomar el primer puesto. A pesar de esto, los mexicanos teníamos fe, ya que tras tremendo y espectacular juego de México frente a Alemania, creímos que todo era posible.

Desafortunadamente, el quinto partido seguirá siendo un sueño. No significa que la selección azteca jugara mal. Tuvo un primer tiempo espectacular teniendo la posesión 50% 50% y apretando a la canarinha. Sin embargo, a los 6 minutos del segundo tiempo cayó el primer gol de Brasil a manos de Neymar, que no solo se llevó un gol y una asistencia, además del pase a cuartos, pero también un Oscar. Reprochable la actitud del 10 de Brasil con sus exageraciones y teatro que, a fin de cuentas, enamoraron al colegiado y sigue demostrando que la casaca 10 le queda grande.

No todo estaba perdido, México estuvo apretando pero pasó lo mismo que en el Estadio Azteca frente a Escocia, no concretan las jugadas. Pases fallidos, centros largos, tiros cuando deben ser pases, regates innecesarios, entre otras cosas que impidieron que El Tri pudiera marcar un gol, sumándole la gran calidad defensiva de los brasileños. Ya en los minutos finales, al intentar un pase largo, se falla y es robado en media cancha, dándole espacio para que el Scratch du Ouro marcara su segundo tanto a manos de Firmino, fulminando así a México.

Cabe recalcar que Memo Ochoa merece un reconocimiento nacional. El guardameta azteca volvió a vestirse de santo y salvó la meta mexicana con espectaculares atajadas siendo así el portero con más atajadas en esta edición mundialista. También hay que destacar las actuaciones de Vela y Guardado que lucharon cada balón y dejaron el corazón en la cancha.

México regresa con el corazón roto, pero con la cabeza en alto. Un mundial que quizá no fue el esperado pero superamos las expectativas. Hay muchas cosas que ajustar definitivamente, pero hay mucho que reconocerles a esta gran generación de futbolistas que, sin vergüenza a decirlo, pusieron el nombre de México en alto.

Esto no es el fin, es un nuevo comienzo y esperemos que las cosas buenas hechas en este Mundial den frutos en el siguiente y que los errores del pasado no estén presentes pero por el momento hay que apoyar y seguir soñando.


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