Los campeones del mundo y la nueva burocracia

Pues la reina del mundial fue la presidenta de Croacia, desde sus imágenes en bikini que circularon profusamente en las redes, hasta su sonrisa y simpatía contagiosas. Además, acorde con los tiempos mexicanos por venir, dicen que ella se pagó su boleto de avión, pidió permiso para faltar a su trabajo presidencial y no uso viáticos oficiales. Tal vez Croacia merecía más en Rusia, pero sabemos que en este juego, como en la vida, gana quien mete gol.

El primer gol de los franceses fue de antología, sólo que fue croata. El penalty sí fue, aunque los locutores se esforzaron por hacernos dudar y la agarraron con el árbitro, argentino -of course- y el VAR. que antes alabaron. Así demostraron que todo es conforme el color del cristal con que se mira en los juegos de apreciación… y los intereses del patrocinador.

Putin se mojó, pero menos que los demás, hubiera sido una galantería aplaudible haber cedido caballerosamente el paraguas a la reina del mundial, cuyos cabellos empapados chorreaban de emoción futbolera entre abrazo y abrazo. No lo hizo y subrayó así quién es el jefe del Este de Europa, aunque claro, después regaló flores rusas. Y así entrenaba para Helsinki, donde negaría toda intervención en las elecciones donde Trump fue favorecido y ponía en práctica, sin decirlo, la lección trumpiana de "los aplasto y después negocio".

En contraste, los enviados del bipolar anaranjado insisten en el mismo tema ante la Organización Mundial de Comercio al profundizar la guerra comercial, en represalia a la respuesta contra los aranceles en aluminio y acero, y desde luego demandaron por igual a México, Canadá, China, Unión Europea y Turquía para empezar a aplastar; lo que demuestra también que aunque no todos somos del mismo barro, ni acaso es lo mismo Juan Domínguez que no me chingues; a la actual administración anaranjada y prepotente, le vale un pepino lo que ocurre más allá de sus fronteras, lo que está en juego es la reelección. Y todo se mueve hacia allá.

De la misma manera que en diciembre perderá en gran parte su encanto ser parte de la burocracia, puesto que como en Croacia, no habrá viáticos generalizados ni excesivos. Les bajarán el sueldo por más pataleo que haya en la Corte, nada de chóferes, ni guaruras, ni negocios; se irán los mandos medios de confianza (lo que es una lástima, puesto que en mi experiencia son los que en general verdaderamente saben), nada de celulares, comidas, parrandas y eventos de celebración. Los jefes hasta el sábado tendrán que trabajar. Así le quitan sabor al caldo y ya no es tan atractiva la plaza. No hay derecho, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Parece, sin embargo que el combate a la corrupción empezará en serio, cuando menos en esta vertiente tan cuidadosa de sus derechos y muchas veces ajena a sus obligaciones.

En este marco, parece que los únicos nombramientos que garantizarían diversión y entretenimiento son los de los llamados coordinadores estatales de la federación, que se antoja será un grupo de élite al acecho al poder y como en los viejos tiempos… de negocios, fiestas, table dances y similares. ¿Quién los cuidará?

Para Francia mi reconocimiento y amor. ¿Cuándo será México campeón?


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