Morenagate

Los hechos hablan con fuerza incontrastable. Las amenazas autócratas del nuevo Duarte (Horacio) los confirman: MORENA utilizó indebidamente el Fideicomiso "Por los demás" para "ellos".

El Consejo Técnico y 50 de sus 58 fideicomitentes son morenistas de pedigrí; el domicilio del fideicomiso es el del partido.

De los 78.8 millones de pesos depositados en el fideicomiso, 44.4 millones (56%) fueron en efectivo, siendo que un partido no puede recibir recursos en efectivo y sin identidad de su aportante.

Se tienen grabaciones de 16 sucursales bancarias donde grupos compactos de personas depositaban aportaciones de 50 mil pesos en efectivo en operaciones consecutivas. En una de ellas, en solo veinte minutos, a través de depósitos sucesivos de 50 mil pesos de las mismas personas que se formaban una y otra vez en la fila de ventanillas, se depositaron 1.4 millones de pesos. Seis personas, en 28 depósitos de cincuenta mil pesos cada uno, a razón de 4.6 depósitos por cabeza y 1.4 minutos por depósito. La operación se repitió en diversas sucursales en unos cuantos días.

De las aportaciones nominales, es decir, de los que sí se sabe quien deposito el dinero, se tiene que de las 58 registradas, 49 de ellas (84%), los aportantes eran legisladores de MORENA.

Por otro lado, de lo recaudado, 3.2 millones de pesos fueron aportados por empresas, cuando ese tipo de aportaciones estás prohibidas a partidos políticos.

Lo más grave es la disposición del dinero. En términos del fideicomiso, para que una persona pudiera ser beneficiaría del fideicomiso debía acreditar haber sido afectada por los sismos de septiembre del 2017, pero se tiene registro que 64 millones de pesos fueron retirados por personas ajenas al padrón de damnificados y la mayoría de los retiros fueron hechos por reconocidos morenitas.

El esquema es el mismo del PEMEXGATE, al menos en lo que hace al retiro de los recursos, en cheques nominales unas personas vacían los fondos y una vez hecho líquido el dinero se desconoce su destino.

La salvedad es que el PEMEXGATE fue ejecutado después del proceso federal, seguramente para pagar publicidad no reportada y bonos de retiro del grupo cercano a Labastida, y el MORENAGATE se hizo en el proceso electoral.

El golpe es devastador e inoportuno. Una llaga de pus en pleno gozo del festejo y júbilo del triunfo. Mácula a la honestidad valiente, a la austeridad predicada y a la autoridad moral del pejismo.

Resalta, y es imposible no destacarlo, que el INE, sin mayor explicación, determinó resolver el caso hasta después de las elecciones, cuando la denuncia presentada por el PRI debió de haber sido procesada y resuelta antes de ellas. No obstante, en desplantes de una autocracia nunca vista, ni siquiera en tiempos del PRI hegemónico, Horacio Duarte repartió ayer amenazas a diestra y siniestra contra el INE y sus Consejeros.

Ayer, en una entrevista que hice a una candidata de Morena triunfadora, me dijo que el dinero había llegado a los damnificados a través del padre Solalinde, Elenita Poniatowska y Sherer; echando por delante el prestigio de estos mexicanos, cuando lo único que hace falta no es lustre ni ilustres, sino recibos firmados por damnificados y recursos depositados en sus cuentas bancarias.

No pudo faltar la marca de la casa y Consejeros: las filtraciones. Habremos de ver si en este caso los Consejeros operan juicios mediáticos en defensa de su proceder y si les sale la jugada, ya enfrentan a una maquinaría ganadora y habida de mostrar que contra la Cuarta Transformación nadie.

PS.- Veremos también, como procesará sus crisis el gobierno por ser.


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