EL IFE A LA DISTANCIA

Votar o subvertir

Votar o subvertir

Foto Copyright: lfmopinion.com

De regreso de una reconfortante pesca me encuentro que algunos consejeros se niegan a abandonar el escándalo en que se han posicionado y que ya existe una nueva clasificación del IFE: no sólo hay IFE nuevo y viejo, ciudadanizado y operativo, sino que ahora hay IFE honesto y, por contrapartida, suponemos, deshonesto. Claro que esta clasificación se la debemos al Sub Mamila (La Jornada 11/08/97) y, por ende, merece el valor de cualquiera de sus insufribles comunicados.

Mucho se ha dicho acerca de las elecciones en el tercer distrito electoral de Chiapas; desde los interesados esfuerzos por declarar la no existencia de condiciones electorales, pasando por los hechos vandálicos para reventar las elecciones y las impúdicas cual negadas presiones para no declararlas válidas, hasta su anulación en primera instancia y resucitación por la Sala Superior. Resucitación definitiva e inapelable. Las sentencias resuelven, conforme a derecho, conflictos de intereses e imponen un límite final a las controversias, límite que otorga certeza y seguridad jurídicas. Sin el derecho, el juzgador, sus sentencias y la fuerza coactiva para aplicarlas, la humanidad sería una jauría de lobos y en lugar de sociedad tendríamos individuos aislados dominados por vendetas inveteradas e inextinguibles (y, a veces, hasta intergalácticas).

Ocosingo, al menos en lo electoral, es caso cerrado. Las partes y sus patiños así lo deben entender y aceptar. Esas son las reglas del juego y vinculan a todos los participantes; más ahora que se ha reconocido públicamente la paternidad de 90 por ciento de las reformas introducidas a las mismas, no obstante, el ofuscado desconocimiento del vástago durante las labores de parto.

Sin embargo, en toda esta trama que hay, algo que si bien ha sido señalado amerita ser puntualizado, resaltado y ponderado con mayor denuedo. En un principio se trató de cancelar la realización de una elección; cuando ello no se pudo, se buscó impedir la instalación de casillas y provocar una situación de violencia generalizada. La finalidad era impedir, primero y reventar después, la elección. Propósito oprobioso y nefando.

Nada más peligroso en un país que lucha por consolidar sus vías democráticas que permitir que con éstas se juegue según las circunstancias: si son favorables se cuidan las urnas, si no se incendian: "El 6 de julio los zapatistas —nuevamente habla el Sub Mamila— no sólo no votamos, sino que subvertimos un proceso electoral" (Ibídem). (Ya que de sus clasificaciones hablamos, qué curiosa manera de clasificar conductas delictivas así, por cierto, confesas. Quedando claro, además que no era la presencia del Ejército Nacional la que impedía la celebración comicial).

En el fallo dictado por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fueron ponderadas todas las situaciones prevalecientes: las condiciones de violencia generadas que, tal y como lo deseaban sus autores introdujeron incertidumbre en el proceso y sus resultados con el afán expreso (y confeso) de subvertirlos, así como la voluntad popular que, a pesar de ello, se expresó de manera inequívoca.

El magistrado Jesús Orozco, que sin ser ponente logró finalmente hacer prevalecer su postura en una relación de cinco votos contra dos, señaló, entre otros muchos, consistentes y brillantes argumentos, que debía prevalecer el principio jurídico de la conservación del acto jurídico, toda vez que de otra manera lo útil sería viciado por lo inútil. En otras palabras, que el valor a tutelar es el voto ciudadano expresado en las urnas más aún cuando es ostensible que los actos vandálicos, a pesar de su manifiesta intención nulificadora e interesada amplificación mediática, no lograron ser determinantes en los resultados electorales.

Haber anulado la elección (como pretendían los San Pedros presionadores) sería tanto como abrir la puerta para que el interés que se considere perdido utilice la violencia para impedir o anular la participación civilizada y democrática de la ciudadanía.

Para el Sub Mamila "lo ocurrido el 6 de julio de 1997, sólo será un verdadero triunfo cuando todos los mexicanos en todo el país puedan luchar por medios pacíficos y civiles en igualdad de oportunidades, y no tengan que recurrir a la violencia para hacer valer sus derechos, o sólo hacerse escuchar" (Ibídem).

Me pregunto entonces ¿si las elecciones no son medios pacíficos y civiles, qué lo es; si el voto universal, libre, secreto, directo y contado por ciudadanos no es igualdad de oportunidades, qué lo es? ¿Y si hacer valer sus derechos es forzosamente violentar los de aquellos que no piensan como él, impidiendo su ejercicio, delinquiendo electoralmente, agrediendo a ciudadanos indefensos y asesinando a patadas y culatazos a un ciudadano que, además de hacer valer sus derechos por medios pacíficos y civiles, cumplía con una obligación constitucional?

Para hacerse escuchar el encapuchado intergaláctico tuvo a su alcance el voto, las urnas y los ciudadanos; silenció uno, quemó otras y violentó derechos y vidas de aquellas. Ya se le escuchó.

#LFMOpinión
#IFE
#Consejeros
#EZLN

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: