PROHIBIDO PROHIBIR

El pueblo quiere saber…

El pueblo quiere saber…

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¿Cuándo habrá una prensa libre?

¿Cuándo vamos a resolver los dislates y alejamientos?

¿Cuándo habrá una prensa libre a favor de la verdad y no sólo defendiendo intereses creados? Atizadora del conflicto. En una palabra: Manipuladora.

Es fácil empezar por reconocer que a nadie conviene, que no es bueno seguir con un estado de animadversión más allá de los naturales conflictos electorales. Santiago Nieto, en uso de sus facultades y como responsable de la Unidad de Inteligencia Financiera de SHCP, informó sobre quienes financiaron la serie sobre el populismo donde se trata a Chávez, a Lula y, desde luego, al famoso Peje, entre otros, con la visión negativa y cuchareada de siempre. Una muestra más de las campañas negras que alcanzaron destacada exposición y apogeo durante el panismo de la época de Calderón de aciagos recuerdos.

En afecto, si como se dijo existe la presunción de lavado de dinero, procédase en su contra y pruébese; en tanto, los amigos de Berrueto, en todo su derecho, a una sola voz, lo defienden de todo y lo usan como blanca paloma epítome del ejercicio de la libertad de expresión.

"Ni aguantan nada", diría el clásico. Hasta de inquisidor acusan a quien tiene obligación de investigar y proceder contra los malosos y abusivos, pero como el señalado es cuate, lo arropan hasta la ignominia. A ellos, a los que tradicionalmente han recibido dádivas y mordidas, no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa. Recuérdese el caso del diferendo inmobiliario y extorsión del ticher en Polanco versus Aramburuzabala. Pleito entre dos titanes inmortales.

En otro nivel de corrupción, está el caso del policía de tránsito de Otay en Tijuana que tiene su mina de oro en el segundo crucero rumbo al aeropuerto y detiene a quien cruza con cierta prisa, sabedor que pueden perder el avión. La cuota de paso establecida es de $140 dólares. ¿Son remesas o ya incorporados al circuito monetario, serán también lavado?

En ambos casos están acostumbrados a decir y abonar a sus negocios sin repercusión legal alguna. Ellos abultan sus cuentas bancarias cuando presidencia o gobernación o Sedatu, o algún fideicomiso, les depositaba y se apapachaban recíprocamente en la simulación. Aún hoy informan y matizan lo que el poder mandata. Son "Los soldados radiotelevisivos editorialistas de la revolución" cuya manipulación informativa tanto daño a hecho a México. Y el policía de crucero corrupto, a quien el pueblo desdeña, es una forma de venganza y expresión de desprecio social. Sabedor de que si uno puede, ¿por qué no el otro también?

Va de cuento la comparación, ya que siempre sirve recordar: en tiempos del final del porfiriato e inició de la Revolución, el pueblo harto de abusos y falta de castigo a los abusadores, se expresó en décimas anónimas por la devaluación del peso frente al dólar.

Recuérdese: en el Primer Imperio Mexicano, con Iturbide, la paridad era de 0.97 pesos por dólar. En 1875 la cotización del peso registrada fue de 2.08 por uno. Un año después y ya con don Porfirio, en el principio de sus 30 años, 3 meses y 20 días en el poder, fluctuó entre 2.08 y 2.01. En 1911 en plena inestabilidad con "la bola", el peso se fue hasta 23.83 por dólar. Desde luego, mucho antes de la desaparición de los tres ceros del mágico Aspe, el del mito genial, y de la llamada depreciación de la dupla Videgaray-Meade.

Pues bien, entonces aparecieron alrededor de Palacio Nacional, impresas en papel común y corriente, rimas que han resistido el paso del tiempo, certeras rezaban, como si se supiera sobre las épocas por venir de Itamitas y socios: "el águila mexicana es un animal muy cruel, se come toda la plata y caga puro papel". Por supuesto se arrestaron a presuntos repartidores de los volantes alrededor de Palacio, que en realidad no tenían nada de presuntos: una vez señalados por la autoridad fueron declarados culpables, y se puso precio a la cabeza del autor, ofreciéndose recompensa. Al día siguiente, contestó: "el pueblo mexicano quiere saber si es de los que el águila come o de los que el águila caga".

Ciertamente debe saberse públicamente de qué tipo de lavado se trata, su magnitud, alcance y responsabilidad, o si acaso se quedará, como en otras ocasiones, en acusación sin pruebas aparentes o en el olvido, como los millones de dólares del chino que decían era socio del impoluto Javier Lozano; sin duda, otro promotor de campañas negras.

Por fortuna en la nueva ley, las campañas negras están ya tipificadas como delito grave sin derecho a fianza. Ahora tendrán que enfrentarse a sus dichos y probarlos o podrían ir a la cárcel. Y los Berrueto y sus socios deberán, desde ahora, poner sus barbas a remojar.



PS: en el Presidente misionero y los primeros cien días (13/3/19) debe decir: "Ocho y medio de cada diez mexicanos lo aprueban" Es decir, ¡85 de cada 100!


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Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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