Crisis Política

Los funcionarios están para resolver problemas al presidente, no para creárselos.

Cuando un jefe termina por tener que defender a su subalterno de la crítica o a un vocero de sus pifias, se ha llegado al mundo al revés.

El nombrar a un Zar de la ciencia médica por sobre el Secretario de Salud, legalmente facultado, y, peor aún, en substitución del Consejo Nacional de Salubridad que mandata la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para atender coordinadamente las pandemias, no podía terminar de otra manera.

Hoy Gatell le suma al rosario de sus errores científicos una crisis política.

En política la oportunidad es estratégica y nada podría ser más inoportuno para la agenda presidencial que sumar a las crisis de salud, economía, inseguridad e imagen, un conflicto con gobernadores.

El tema, por desgracia, va más allá del protagonismo del subsecretario estrella. Habla de vacíos en las áreas encargadas del manejo político de los problemas. Es entendible que el ingeniero encargado de hacer presas o carreteras no tenga necesariamente que tener la visión de las aristas sociales y políticas del problema, de allí que Gobernación cruce transversalmente toda la administración pública para que el quehacer de las diferentes secretarías no descarrile la convivencia civilizada de la Nación.

Las cartas de Gatell como científico y médico especializado en el manejo epidemiológico han quedado seriamente cuestionadas, pero no sería su especialidad el manejo político de los conflictos y menos las relaciones con los 31 Gobernadores y la Jefa de Gobierno. Para eso está Gobernación, que también carga parte en este lamentable desencuentro.

El problema no es que haya contradicciones propias de la pluralidad, sino que no se procesen oportuna y eficazmente.

Quiera Dios prive la cordura y la desavenencia e no se convierta en abismo ni despierte fuerzas centrífugas.

Ha llegado la hora de callar y hacer política. Verdadera política.

Vivimos horas aciagas para la Nación. No es la cabeza de un subsecretario o de nueve gobernadores, son mexicanos que mueren como moscas cada hora y la subsistencia misma de la Unión.




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