¿Y los servicios de inteligencia?
Hay, sin embargo, algo que nadie ha explicado.
¿Dónde estaban los sistemas de inteligencia mexicanos durante los dos años que el primogénito del presidente habitó una casa de un directivo de una empresa contratista de Pemex a la que, a lo largo ellos, se le aumentó en 427% el monto de la contraprestación de su contrato original?
¿No hubo nadie que alertara al presidente del riesgo inminente en que lo colocaban su hijo y nuera?
¿Y nuestra embajada en Estados Unidos que hacia?
¿Qué, si la casa en lugar de un contratista de Pemex hubiese sido de un narcotraficante sin que la pareja de tórtolos lo supiera?
¿Saben los servicios de inteligencia nacionales dónde bien y cómo los demás hijos del presidente, o se enterarán cuando otra crisis les reviente en la cara?
La segunda. Queda claro que López Obrador no tiene equipo para hacer un control de daños.
En lugar de atemperar el peligro lo ha crecido y diversificado como chivo rabioso en cristalería.
Hoy, además del conflicto de intereses, vida dispendiosa, corrupción y abierta contradicción con la narrativa gubernamental; se violan derechos humanos y leyes en público y se ensancha el camino al totalitarismo.
Caro nos salió el capricho del junior.
PS.- Más que investigar cuánto gana un periodista, debieran cuidar a quienes sí pueden poner en riesgo la seguridad nacional.
#LFMOpinion
#LoDeHoy
#LopezBeltran
#ServiciosDeInteligencia
#ControlDeDaños