LETRAS

S.O.S. Soy Onésimo Soldado

S.O.S. Soy Onésimo Soldado

Foto Copyright: lfmopinion.com

Onésimo en guardia bajo el sol ve lo que no ve, aunque no olvida, pues.

Obra de Teatro breve


Autor Mario Ficachi



Que trata del soldado bautizado Onésimo onceavo hijo de Honorio Olegario Olas y de Olga Ornelas… nieto de Don Omar Opíndaro el Oculista de Ocotzingo


Onésimo--- Soldado en posición de firmes. Demacrado. Habla consigo mismo.

Siempre dos, al menos dos… a veces más de dos. Solos ahí… viendo. Viéndome a mi viendo yo al otro. Solos. Vemos pasar lo coches. Y los camiones y muchas personas en ellos… o pocas. Todos son nuestro posible final… por eso una voz interna me repite: desconfía… desconfía… desconfía… Es parte de lo que debo hacer, mirar… mirar pasar… muchos coches… ninguno… mirar… mirar, mirar. El calor muuuy cabrón. Hormigueo en las piernas. Por eso cambio el peso de pierna. Ahora esta… ahora esta otra… muuuucho calor. Sudor en todo el cuerpo. Gotas de sudor que escurren de aquí y de allá atrás. Me suda todo. Siento que me empapo pero la brisa de pronto… ¡Ahaaaa! la brisa me refresca… No es brisa normal es que pasó un camión más pegado a mi lugar… Todo el cuerpo se mueve un poco. Mi mirada fija. Fija en el horizonte. En la tierra. Fija en este camión y en la camioneta atrás de él… con vidrios opacos… la camioneta… alerta… alerta… pasa… Nada pasa… sigo con la mirada fija y sudando. Sudando más.

A veces me duermo. ¡De verdad! Me duermo de pie. O así, así como estoy… encorvado. Así cómo si estuviese muerto. Un muerto parado… jajaja. Con todo esto que llevo encima puedo estar parado y con los ojos cerrados. Se va uno acostumbrando a cada cosa… son minutos, no crean que mucho tiempo… sólo minutos que resultan de lo más sabroso. Abro los ojos y nada pasa. En el sueño sentí pasar tres autobuses de línea, un camión de redilas con melones, dos coches chicos y cuatro camionetas. La verdad no descanso. Pero estoy aquí cumpliendo órdenes. Cada vez que voy al baño es un descanso… bueno, no hay baños por aquí… uno deja de estar firmes… ¡En descanso! Me digo yo a mí mismo… debo pedir permiso para dejar el puesto para orinar… ¡Soldado Onésimo solicita permiso para orinar!… Sargento Onésimo concede permiso… Debo reportárselo al Capitán Onésimo… otorgado el permiso dice el coronel Onésimo…. Jajaja… me divierto.

Yo no pasaré de ser soldado raso Onésimo.

Un señor gordo va caminando por el otro lado de la carretera… ¿Qué carajos? … falta mucho para la caseta… jodido… siempre hay alguien más jodido que otros… debería de estar menos gordo… caminar todos los días de su caserío hasta la caseta… pues debe ser pesado… ¿y si no camina todos los días? No recuerdo haberlo visto antes… ¿Si en la mochila lleva algún explosivo? No lo creo… pero y ¿si sí?… Creo que debo detenerlo… no… ya no puedo… ya caminó mucho… Me enseñaron a reaccionar rápido ¿Pos que te pasa Onésimo? ¡Reacciona! Si pensaste que podría traer explosivos pos que te cuesta decirle… “Que hubo Don… pos ¿A dónde va?... deje ver que lleva en la mochila”… y pos ya… Al menos habla uno con alguien… A lo mejor trae fruta y pos se mocha con una naranja… Pero tarde… muy tarde reaccionas Onésimo… Más coches… Voy a orinar al fin que ya pedí permiso y hasta se me estaba olvidando… Orina Onésimo Olegario Onceavo hijo de Honorio Olegario Olas… hijo también de Olga Ornelas… nieto de Don Omar Opíndaro el Oculista de Ocotzingo… jajaja cómo me divierte, mientras meo, decir estas pendejadas…

¡Soldado Onésimo se reincorpora al puesto de vigilancia! Señor… Bienvenido Soldado Onésimo… muuucho ojo con los que pasan por su puesto… tenemos un 4.6.7 que avisó peligro en la zona. Sí señor Comandante Onésimo… Fue firmado por el Coronel Onésimo… y ya…. ¡carajo! chinguen a su madre todos…

Puras órdenes.

Y este sol que no baja. Ya me tiene harto.

Yo sé cosas. Yo sé cosas de las que no hablo con nadie. Ni con mi señora ni con mi hijo. Con nadie. Son cosas de las que nadie sabe nada. Y no debo hablarlas. ¡Cómo pesa esta chingadera de fusil! Me da un calor… pero qué carajo… Es el poder de uno. Mi arma. Todo es diferente si tienes un arma. Me da valor… Antes de tener el fusil pues la gente no te respeta… o sí… por el uniforme pero no mucho. Cómo cuando estaba en la escuela ¡Potro! me decían los de mayor rango… porque yo era en el primer año… “¡Ser asqueroso que se arrastra sobre la inmundicia… traga lodo, no tiene derecho ni a respirar ni a la luz eléctrica!” que porque esa la pagaba papá gobierno. Ganas de joderlo a uno. Los de segundo año son Centauros. Una imagen bien bonita la de los Centauros. Entre caballo y hombre fuerte. Pancho Villa… Mi general Pancho Villa era el Centauro del Norte. Chingón como nunca nadie ha vuelto a ser. Del merito pueblo. Noooo para nada los de hora. Luego vienen los de tercer año… Yo no pasé de potro por eso estoy aquí de vigilancia… los de tercero eran… eran Tirt Year… era en inglés. Sabe Dios porque. Third Year sí así está mejor… a esos ni los veías… se les decía también “los humanos”… pos si todos éramos humanos ni modo que fuésemos de los marcianos que vienen en ovnis.

Pero así se les nombran; “humanos”. Ya luego los de cuarto son calificados como Semi-dioses. ¡Bonitas barras y todo! Muy enderezados y serios. Con el casquete corto que les deja ver lo orejones que son…. Jajaja. Y pa cerrar la lista están los de quinto… los Dioses. Nosotros les decíamos “Los antiguos” así pues “los más viejísimos”. Nunca conocí o hable con ninguno de esos. Sólo están francos pa el desfile en la capital. Tienen espadas chiquitas y un sombrero alto chato con visera… esos no usan casco… ni los anteriores pero el sombrero de estos tiene pelos. Bonitos que se ven. Son bien nalgones. Jejeje.

A mí me gustan las nalgas de la gente. Primero siempre les veo la cara. No soy tan dialtiro corriente. Primero los ojos y así como que no quiere la cosa les checo el nalgatorio. Hombres o mujeres o niños… me gustan verles las nalgas. Yo me veo en un espejo con calzones… o sin calzones pa que más que la verdá… me reviso si tengo nalgas bonitas. Yo he visto que también los superiores le ven a uno las nalgas… en las regaderas… o cuando uno cree que no lo están viendo y pos te ven por atrás…. Jajaja. Sean Dioses o Semidioses les gusta llenarse el ojo como a mí. Pos que. Si los he visto. De eso nadie me cuenta.

Aunque no pasé de potro, yo me peleaba con cualquiera. Fuera del segundo o tercer año… ni me importaba… me gané muuuuchas madrizas por eso y encarcelamiento. Si yo les ganaba a otros potros les pedía me dieran comida a cambio. Cuando podía pos se la enviaba a mi familia… pal abuelo o mis hermanos. Allá en mi casa… bueno, pa que más que la neta… ¿pos cual casa? Vivíamos arrinconados en un cuarto de cuatro por cuatro. Chiquito pa los que éramos. Mi papá se fue a los Estados Unidos. Ni más supimos de él. En ese cochinero nació mi hermanito. ¡Pásame el mantel! Gritaba mi amá. ¿Pos cual mantel? La sábana, pendejo la sábana… Pos ahí stá. No te quedes parado…. Ayúdame… pos qué iba yo a saber lo que tenía que hacer… tenía creo que ni los ocho años… Con los ojos como lechuza le veía las piernas abiertas a mi madre. Nomás recuerdo el jalón que me dio una señora que llegó sin que me diera cuenta… era la partera… o comadrona… o la que trai niños… doña Ofelia Ontario… creo. Pus agua y gritos y la sábana que después tiré en el rio porque olía rete feo… se consumó el parto así nos dijo la ñora esa… se consumó… Nunca se me olvida… y cuando me ofrecen en la fonda un consomé… me magino que es lo mismo que el “Consumó” de cuando mi hermano… que me recuerdo ni vivió mucho pa ver la pobreza de todos… Que por falta de comida… dijo mi mamá se fue el angelito al cielo.

Pero a mí me gusta tener nalgas… No se notan en este pantalón porque es pa la guerra… muy grueso. Y pos las nalgas se pierden… jejeje.
De mi puedo decir otras cosas… pero mejor me quedo callado. Hay cosas que no se dicen… uno se aguanta y pos ¡Que tal cómo te va!… Nada más. Pero de que sé cosas… y me doy cuenta pos claro si uno no es muñeco de paja…

Ahí estuve yo… en la guardia de aquel día, ni se me ha de olvidar aunque quieran pues…, llegaron los camiones y pos ahí mismo estaba yo... cumpliendo órdenes nos llevamos a los muchachos. Yo no debería estar diciendo esto porque pues luego la toman contra la familia no sólo contra mí que ya pos no cuento para nada… Pero estuve… ¡claro que estuve! Uno a uno los fueron metiendo a los lugares esos… Nadie salió. Nadie… Dos los cuidábamos. Ya venían muy golpeados unos se ayudaban a otros. Ni hablaban… ya sabían que no volverían a sus pagos. ¡Pos pobres de ellos! Ojos de horror traían y las caras llenas de tierra y mocos y sangre. Yo lo sé porque lo vi. ¡Chamacos eran todos! Mi piel no miente. Te callas pero lo dices pa los adentros. Pos no está bien… son bien chicos todos… pos qué tanto mal han hecho… Y ¡Déjenos ir! Déjenos ¿Qué nos van a hacer? Pos yo qué iba a saber… se me ocurre abrir el portón aquel… pos pa enterarme… y veo la cosa esa con tanta lumbre. Me quedé ahí parado como idiota… No veo soy de palo…

¡¿Pero pos qué pasa aquí?! Les grito a mis compas… Y dos plomazos fue la respuesta. Ya ni me acuerdo de nada. Mi pareja se quedó solo cuidando a todos los otros y a mi pos nadie me había dicho que pasaba… uno no debe andar preguntando. También mataron al otro, a mi pareja… no querían que nadie repitiera lo que estaban haciendo. Mala cosa nos tocó estar ahí… ya luego me enteré en la Marina dijeron que eran muchachos estudiantes guerrerenses o sea de Guerrero. Ahora los dos ya ni contamos, ni mi pareja ni yo.

Estoy aquí abajo del huizache viendo pasar los camiones y el señor gordo aquel y el camión de cocos y los turistas y tanta… tanta gente… tanta gente… me muero de calor… y me recuerdo del horno aquel… pos pobrecitos los chamacos…

Soldado Onésimo Soy… Soy Onésimo Soldado… Onésimo…S.O.S… S.O.S.

Oscuro.


MarioFicachi
Febrero de 2017


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Arturo Martinez Caceres

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