Sobre la carta de los médicos al Presidente
Sin duda la cuestión más importante es la que los firmantes de la carta al presidente exponen con toda claridad: no hace falta traer médicos de “otro país”, (no hay aquí la mínima expresión contra Cuba y sus médicos), porque en México, dicen ellos, palabras más palabras menos, los tenemos en suficiencia y calidad, y con nuestra idiosincrasia.
Como se recordará, muchos de ellos fueron injustamente despedidos durante la pandemia sin liquidación, agradecimiento, ni compromiso de recontratación a futuro por el Estado. Es decir, son médicos que en su mayoría se encuentran desempleados. De ahí la primera conclusión: no era, no es necesario contratar médicos en otro país, porque en México los tenemos.
Cabe la pregunta, ¿entonces por qué y para qué lo hace el presidente?
Yo tengo una respuesta, una hipótesis: lo hace para polarizar y crear un falso escenario en donde de un lado estarían el presidente, su partido y Cuba con todo lo que representa la nación hermana, y al otro, los conservadores de siempre.
La carta de los médicos no cae en la trampa de la polarización contra Cuba, cuyo gobierno sólo accedió a la solicitud del gobierno mexicano asumiendo que se necesitaban médicos.
Fuera del ruido mediático y las frases efectistas, el presidente no desarrolló ninguna agenda en su gira. Por ejemplo: ¿qué acuerdos se tomaron en torno al problema de regular y ordenar una migración ordenada y disuadir la ilegal? ¡Ninguno que se sepa! Al respecto hay un acuerdo bilateral con Cuba que data del sexenio de Felpe Calderón, revisado y actualizado durante visita de Estado de Peña Nieto a la Isla.
No hubo agenda con los temas bilaterales de la cooperación y mucho menos sobre los multilaterales.
Por ello creo podemos y debemos enfrentar la situación evitando caer en la polarización en los términos que desea el presidente: una campaña contra Cuba, la revolución cubana y sus médicos.
Vale la pena recordar la tronante declaración de AMLO en la Habana —a primera vista una declaración impertinente— cito: "Yo nunca he apostado, no apuesto, ni apostaré al fracaso de la revolución cubana". Sin embargo, bien analizada, abrió sus cartas pues en realidad entre las fuerzas políticas principales de México nadie ha hecho semejante "apuesta".
Hace una o dos semanas, los diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara aprobaron por unanimidad una condena al bloqueo contra Cuba. Es una posición correcta de profunda raíz histórica que además cierra el paso a la intensión de manipular presentándose como si el presidente y su partido fueran los que defienden Cuba, mientras que los demás, los conservadores, estaríamos apostando en su contra. La elección del 24 montada en ese falso escenario se resolvería con facilidad desde el poder y la manipulación.
No faltan los que tienen una asombrosa vocación de hacer el juego de la polarización y se aprestan a denostar a Cuba y a los médicos cubanos, que nada tienen que ver con el juego político en el que se les quiere involucrar sin deberla ni temerla.
Defendemos a nuestros médicos por sus méritos, no hace falta denostar a nadie, menos a los bien ganados méritos de los médicos cubanos en todo el mundo.
Lo de las vacunas para niños, a decir del Dr. Gatell, un desperdicio aplicársela a un niño que no la necesita, porque según él sacrifican a un adulto que la necesita, ¿Recuerdan?
¿Cuántos habrían muerto en Cuba de haber tenido un Dr. Gatell?
Por suerte ninguno porque la bien conocida formación humanista de la medicina en Cuba no da cabida a personajes tan siniestros. Hoy Gatell se traga sus palabras contra la vacunación a la infancia.
¡En hora buena!
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