Desesperación

¿Cómo llegamos a este punto histórico de hartazgo? ¿De creciente enojo social contra autoridades y gobernantes?

En Baja California, por ejemplo, las muestras de incuria gubernamental son cada vez más patentes. Parece que pasarán muchos años, probablemente décadas, para construir un estado de cosas que responda a las necesidades de seguridad, reducida violencia, habitación y educación dignas, distribución de agua potable, comunicaciones, respeto civil y demás que hoy requerimos.

Más una frontera con la promoción de cruces dignos, ágiles y sin la prepotencia de los encargados de controlar el flujo vehicular con listones amarillos y barricadas que terminan por hacer del tráfico un merequetengue de agresiones y pérdida de tiempo. Y una ‘aduana y protección fronteriza estadounidense’ que presiona más o menos según condiciones de política real con su vecino.

Hay que reconsiderar la distribución de pases médicos que se suponen deben agilitar las vías para enfermos y que son vendidos en un mercado secundario, como siempre, los que más saliva tienen, tragan más pinole.

En millones se lee, algunos lo dicen y otros lo piensan, lo que se constata en redes sociales, en sesudas opiniones de analistas y locutores tradicionales y nuevos: “pinche gobierno…” Por ejemplo, cuando en Guanajuato recientemente asesinaron a otra mujer joven y la dejaron colgada ignominiosamente en un puente …‘para que aprendan’.

Hemos llegado a la lamentable desesperación.

Después del tiempo del PRI, muchos votos fueron para el cambio hacia una nueva época de democracia y prosperidad; sin embargo el panismo foxista fue fatuo, el panismo calderónico fue criminal y el ‘ritornello’ priista de Peña fue de vergüenza y cinismo.

Los promotores del pasado, que no pagaban impuestos, se esfuerzan ahora en igualarse con la presente administración de la 4T …Y no tienen razón.

Esta administración podrá ser populachera, demagógica, dispendiosa, pero sus raíces no son los negocios privados con recursos públicos y la venta de recursos públicos previa comisión o mochada.

Estos hechos distintivos hacen de la 4T un gobierno distinto, con un sensible avance con respecto al pasado, aunque no haya logrado, en efecto, todo lo prometido, como mayor crecimiento y desarrollo económico, mejor distribución del ingreso y la riqueza, significativa mejora en calidad y ampliada educación, salud para todos como en Dinamarca… y sobretodo, abatimiento significativo y notorio de la violencia e inseguridad en todo el país.

Además, la lucha contra la corrupción, largamente acendrada en los intríngulis de la administración pública y las empresas privadas con la participación de neoempresarios metidos a funcionarios públicos de temporal, hace también diferencia hoy.

Creo que el balance preliminar es positivo, sin embargo, mucho se ha dejado de hacer. En parte por la profunda crisis de Covid-19 y sus secuelas de enfermedad, muerte, inhibición de actividades económicas y profundidad de la crisis que también ha significado la falta de inversión nacional, cuyos capitales se resguardan en el extranjero para castigar a la política fiscal dominante actual, más la incapacidad manifiesta de muchos involucrados en la propia transformación.

La incapacidad de responsables en distintas áreas es fácil de señalar.

Sin embargo, nunca, ni en sueños guajiros de opositores, son iguales o parecidas las administraciones panistas y la última priista con esta administración federal actual, que ha sido materialmente acusada de todos los males de la humanidad e incluso de los todos los pecados bíblicos desde el Génesis y cuyo famoso pejePresidente ha sido enviado al infierno varias veces.

Hay algo en nuestro carácter nacional de abono a la tristeza, a la derrota, al llanto, aunque nunca nos rendimos. Los logros son dramáticos y trágicos. Es, desde luego, por nuestra historia tan controvertida entre buenos y malos, sin matices. Por una parte, una historia oficial con todas las características de heroísmo, bondad y beatitud y otra historia opositora con mitos y leyendas negras y espurias.

La verdad la sabemos o la intuimos: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.

Va una muestra: mi recordado maestro Blanquel le decía a Guerrero, Guerrerito por haberse dejado comer el mandado por Iturbide. En su pedestal de reconocimiento estaba Morelos más allá del grito de ‘Viva Fernando VII’ del cura Hidalgo, cuando Pepe Botella gobernó España.

Juárez es un héroe de carne y hueso con más aciertos que errores, que Restauró la República junto a una pléyade de hombres y mujeres de excepción.

Hoy los opositores mexicanos se hincan para rendir homenaje a una reina nonagenaria que independientemente de sus cualidades como ser humano y gobernante sin gobierno, es la expresión del dominio y la sumisión de millones. De la imposición militar y el robo del fuerte frente al débil.

Entonces, ¿cómo construir un país más equilibrado, con menor pobreza y sin altos índices de inseguridad y violencia? ¿Cómo evitar la demagogia que abona a la mentira y desesperación?

Esta que debiera ser la tarea fundamental de cualquier gobierno sólo pude lograrse a partir del reconocimiento de nuestra identidad como Nación, de nuestros valores históricos y de nuestra reconciliación nacional hacia propósitos comunes. De nuestras capacidades y necesidades.

Los objetivos y metas son conocidos, están a la vista. Debemos de afinar la estrategia y dejar atrás los insultos y calumnias.

Se trata de dejar atrás, de superar la desesperación social, la exasperación y el desprecio por la lucha diaria para lograr un mejor país, incluyente, con menores diferencias, donde la ley y la justicia prevalezcan y los que se porten mal paguen su quehacer delictuoso.

Se trata de combatir la manipulación informativa que tanto daño ha hecho al país.

En un camino a corto plazo se debe insistir: apoyemos a la Guardia Nacional que con el tiempo, deberá transformarse en la policía profesional y de mando civil que debimos tener desde hace años.

No hay otra opción para detener a la creciente criminalidad, salvo que se apueste por los cascos azules de Naciones Unidas o los marines, como quisieran más de uno de los opositores tradicionales. O las llamadas policías comunitarias, muchas veces infiltradas por narcos y de muy reducida capacidad comparativa de defensa.

Mientras tanto, el movimiento liberal latinoamericana, con México, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Honduras, con errores y aciertos avanza y ve triunfador a Lula en Brasil …Ojalá.

Ello significa mejores condiciones de vida para las mayorías, más libertades, menos privatizaciones, tutela del Estado para todos, mejor educación y salud. Creación de empleos con sueldos decorosos en un mundo con menor migración forzada.

En tanto, la derecha llora y espera para dar otro zarpazo entre miedo, golpes y desesperación. Con un Estado mínimo, libre competencia (aún entre desiguales), desempleo, aumento del ejército industrial de reserva, concentración del ingreso y la riqueza, altas tasas de interés y educación selectiva.


Publicado en LFMOpinión.

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