Pantomima democrática

La consulta del NAIM es ilegal. Sus propios propulsores así lo reconocen, aunque se escuden en aún no ser gobierno para continuar con algo que por ilegal no puede surtir efectos jurídicos.

Su objetivo no es jurídico, sino político. Buscan sentar un precedente de legitimidad, escudados en un acto de pantomima de democracia directa.

Por ello hablan e insisten en "la legitimidad" de la consulta. Paparruchas.

Desconocen o quieren desconocer que una vez que sean gobierno solo podrán hacer aquello a lo que la ley expresamente les faculta.

Juegan, pues con lumbre, porque mañana que quieran repetir el numerito, ya serán gobierno y las consultas tendrán que ser conforme ley o enfrentar violaciones al Estado de Derecho.

El hecho, de suyo, es grave, porque desviste ante el asombro ciudadano el poco respeto que el gobierno en ciernes tiene a la ley, a la democracia y al pueblo tras el cual escuda su ilegalidad.




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