Descanse en paz

Es triste ver caer el mundo alrededor y eso es lo que acontece hoy y aquí.

Hay un desmantelamiento institucional en marcha sin que en el horizonte se aprecie puerto de destino alguno.

El régimen federal ha sido herido de muerte. La soberanía de los Estados en la organización de sus elecciones ha dejado de existir. La soberanía popular de los ciudadanos de las entidades ha sido expropiada. El IFE ha muerto y junto con él los institutos electorales.

Un grupo de notables nombrados por cuotas de partidos va supuestamente a organizar todas las elecciones. Me temo, sin embargo, que terminen eligiendo ellos mismos, bajo el método del pacto, la representación nacional y los órganos de gobierno

De un plumazo regresamos a la república centralista y al siglo XIX.

Por si ello fuera poco, también el régimen presidencialista ha sido herido de muerte. Una figura ornitorrinca avanza hacia un parlamentarismo criollo y no nato disfrazado de gobiernos de coalición.

La mezcla de figuras jurídicas y de conceptos de Estado, acusa la ignorancia y temeridad de un aprendiz de brujo.

Una institución que había acreditado su eficacia, el IFE, desaparece por el capricho de un Partido que venga en él su derrota electoral en la contienda presidencial del 2012, y lo hace en un Frankenstein que violenta el pacto federal y el derecho constitucional de participación ciudadana.

Me tocó participar en la creación del IFE, fui testigo de su partidización silenciosa y su consecuente disminución. Nunca creí verlo morir en una fuga hacia un pasado centralista y ominoso.

Descanse en paz.

Habré de ver ahora las tormentas y desastres que dejen las invenciones trasnochadas y absurdas por las que hoy vuelan las campanas. Esperemos que el júbilo de hoy no se una mañana al luto que embarga a la federación, a la soberanía inmanente y a la democracia.

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