Inmaculado

El Senador Ricardo Monreal cada vez que tiene oportunidad de soltar su “credo político” ante auditorio de jóvenes que aspiran a emularlo les dice sin ambages:

“Nunca regateen, ni cambien sus principios por dádivas. Sean congruentes toda su vida, aunque vaya de por medio, en ocasiones, tropiezos y temporalmente ingratitud o incluso incomprensión”.

Palabras fuertes para un joven aspirante a político y tomar como ejemplo al Senador Monreal.

En 40 años de vida pública, el hombre de la sonrisa abierta ha mostrado: “congruencia” en su quehacer político, los hechos públicos lo avalan, como el ejemplo a seguir, ya sea en tiempos del neoliberalismo o en el tiempo de la 4t.

Su paso en el PRI, luego temporalmente en el PRD, como candidato y gobernador de Zacatecas; Aliado de AMLO en el 2006; Senador por el PT; Diputado Federal por MC; hasta llegar a Morena, como Alcalde de la Cuauhtémoc, en la Ciudad de México y Senador, le dan la categoría de inmaculado.

Como buen animal político hace uso de sus habilidades para subirse en la circunstancia política, para mostrarse “superior” a sus pares por su capacidad discursiva y polémica, y verse como el “salvador” para defender las causas de su partido y de su jefe.

Ese actuar le dio un espacio natural, tanto en la cancha parlamentaria para mostrar su oficio legislativo y destacar en el plano mediático, como el “Rockstar” de la política nacional.

Con esa personalidad a cuestas, en su vestimenta de Senador, se envalentona y mueve sus fichas a su conveniencia, a veces mostrando su sonrisa como sinónimo de poder unipersonal, para que sus pares le rindan pleitesía, en otras ocasiones se suelta el pelo para expresar que es un político “independiente” para imponer su ley; pero, también le gusta jugar al filo de la navaja para hacer notar su calidad de Senador y líder del grupo parlamentario de Morena y, al final, agacha la cabeza en un acto de sumisión con su jefe.

Esta capacidad de Monreal de mutarse de piel le ha dado la oportunidad de estar en los círculos de la política nacional, ya sea con el PRI, con el PRD, con AMLO, con el PT, con MC y con Morena, para él no importan las siglas partidistas, su mira está en vivir del pastel.

Su calidad de “inmaculado” le da el derecho de aspirar a la candidatura presidencial bajo los colores de Morena, por considerarse el político de coyuntura para la elección presidencial del 2024, ante el declive de las corcholatas por garantizar el triunfo electoral a favor de la 4t, al ofertarse como el “mal necesario” para su jefe en su afán de perpetuarse en el poder.

Esta fórmula la aprendió como gobernador de Zacatecas, al darle por su vía poder y continuidad al PRD en la entidad por dos periodos; hoy ese esquema lo quiere repetir con Morena.

Ya que ninguno de las corcholatas tiene esa experiencia de ganar y heredar el poder.

Bajo esa perspectiva, Monreal aguanta todo en aras de llegar a la boleta electoral y tomar protesta como presidente de la República.

El hombre de la sonrisa ha apostado siempre a su propio código: “el fin justifica los medios”, no importan los sinsabores, las ingratitudes e incomprensiones en su andar por lograr su objetivo inmediato, lo importante es ganar la partida aunque le cueste poner en riesgo su Imagen de Rockstar, ante sus pares y frente a su jefe.

Pero, Monreal, a pesar de sus oficios de animal político, minimizo una circunstancia que le daba prestigio y la dejó ir al abstenerse en la votación de la iniciativa de ley de la guardia nacional.

Mostrando una Imagen sin arrestos para su público y para su jefe.

Ya se verá.

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