Plan M

Gerardo Conde
Entrelazando

Ante el revés de la Corte al primer bloque de iniciativas de ley del Plan “B”, el inquilino de Palacio convoca a sus seguidores y al pueblo sabio a que se sumen con su voto al Plan “C” el primer domingo de junio del 2024 para asegurar el número de escaños en el Congreso de la Unión a favor de los candidatos morenistas y de esta manera el grupo parlamentario de morena logre las dos terceras partes en la Cámara de diputados y de senadores, es decir, la mayoría calificada, para no depender de la voluntad política de la oposición y poder aprobar en el mes de la patria sus reformas constitucionales que quedaron en el tintero, en materia: electoral, de seguridad pública, salud, transparencia, entre otras.

La apuesta es muy alta del tabasqueño considerando que no ha ponderado lo siguiente:

El factor “esperanza” del 2018 que representó AMLO y se reflejó a favor de los candidatos de morena al obtener una mayoría absoluta en la Cámara de diputados, situación que no se veía desde 1997, no obtuvo el mismo peso en el 2021, al lograr una mayoría simple en la Cámara Baja, con los resultados ya sabidos.

La explicación de esta tendencia es que el electorado ya no emitió su voto en pro de morena, porque se diluyó el factor “sorpresa” de la Imagen de López Obrador y el factor “esperanza” empezó a dejar más dudas que respuestas sobre su oferta electoral.

Por ejemplo, el tema de la seguridad pública, que ha puesto a la ciudadanía en un vilo cotidiano. En esa ruta el COVID-19, dejó más añoranzas familiares que sonrisas en los hogares del país.

El factor “esperanza” como bandera electoral del 2018 se mutó en Palacio Nacional, por el cinismo y la frivolidad.

Hoy, esos valores tienen mayor presencia en la llamada 4t, porque su esencia pública se basa en la mezquindad, tanto a nivel de su movimiento –léase Morena- como en la propia administración.

Algunos botones de muestra: Los ricardos; Mejía, en Coahuila, que allanó el camino al candidato del PRI; Monreal, al pisotear su propia dignidad, al inclinar la cabeza al patíbulo de Palacio Nacional en aras de seguir siendo considerado en el juego del poder.

Pero, su necesidad y su hambre de mezquindad se han extendido como la humedad, en otros terrenos públicos, ergo:

En la frivolidad del General Secretario de la Defensa Nacional; en tragar sapos el propio AMLO por el desfalco en Segalmex y negar en las mañaneras las fechorías de la familia “real” por hacer gala del apellido a su favor en perjuicio del fisco.

Sobre este piso de Imagen el inquilino de Palacio y su partido llamado Morena, pretenden ganar en el 2024.

Repetir la hazaña electoral del 2018; hoy, es una quimera.

Por un lado, su denominado partido, Morena, es una organización de intereses mezquinos, ya que sus agremiados y sus simpatizantes lo apoyan y lo defienden en función de lo que logren.

En otras palabras, ser parte, de los beneficios que da lugar la 4t.

Pero, esta “unidad” a la que convoca el inquilino de Palacio para hacer frente a la elección presidencial, a la renovación del Congreso de la Unión y a las nueve gubernaturas en disputa en el 2024, exhibirán más bien la mezquindad de Morena, más que un partido institucional.

Con esta esencia pública le será complicado al tabasqueño mantener la “unidad” en torno a su propia figura, ya que desde las corcholatas presidenciales, hasta las demás corcholatas electorales verán por sus intereses personales que por mantener la bandera de la “unidad” como eje de competencia electoral.

El resultado de la elección del Estado de México, será el parteaguas para que el inquilino de Palacio y su partido morena se muestren tal cual, es decir, el Plan “C” será ‘sustituido por el Plan “M” de la Mezquindad donde los intereses particulares se impongan por encima de la unidad de “chocolate”, en perjuicio del proyecto transexenal.

La Ciudad de México es un buen ejemplo del diluvio electoral que se le avecina al aspirante a Jefe Máximo de la 4t.

Ya se verá.

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