Indignación

En las tardes de invierno se congelan las coyunturas y la nariz se pone roja, el flujo nasal me recuerda el agua de las cataratas de Iguazú.

Solo oyendo a mi consentida Susana Rinaldi, que desde que la escuché en los ochenta del siglo pasado en el Colón me cautivó para siempre, solo entonces me siento capaz de todo. En ser su admirador me especialicé desde cuando canta con maestría excepcional: ‘A pesar de todo’ .

Solo disfrutando su compañía se calma mi espíritu indignado. Estoy lleno del coraje que generan los frentistas contra Morena. Es más, de acuerdo a encuestas de profesionales, sabemos que la mayoría de los mexicanos vomitamos la ignomia de los panpriistasperderistas y sus campañas de odio.

¿Qué pasará con nuestro país tan separado, tan radicalmente distanciado? Ahora los migrantes haitianos se disfrazaron de azul panista para asistir a un mitin de Taboada o Tabolix en creole.

Mientras en las redes sociales, en los periódicos, la tele y la radio abundan los mensajes ensangrentados contra Claudia y con desmemoria indigna se olvidan de sus acciones, latrocinios y asesinatos. Se olvidan de su origen.


Y acá en California en marzo serán las elecciones primarias presidenciales donde con certeza se podrían enfrentar nuevamente en noviembre Biden vs Trump.

Todos los candidatos para el Senado, la Cámara de Representantes (diputados), alcaldes, fiscales y demás declaran a tambor batiente que la culpa de casi todo es del desastre por la inmigración incontrolada y la frontera porosa que permite el paso de fentanilo que causa miles de muertes en las familias estadounidenses. Sólo las ucranianas son bienvenidas y los candidatos de otro origen subrayan con énfasis su condición de migrantes, pero …legales.

En este mes, inicio de año lo único certero es el frío y en la olla de esperanzas para mejorar el país es la certeza de que hay que acabar con los carteles mafiosos latinoamericanos, a cualquier costo, a cualquier precio.

Imaginemos, dicen, una victoria de Trump que como se ven las cosas, no es remota, tratándose de entender con Claudia o peor aún con la innombrable que no sale del vulgar parloteo de 4 letras. Acá dicen que se las comerá vivas a las dos juntas, mientras Loret y compañía aplauden la comilona, resguardados desde lejos en Miami.

En algunos pocos la única esperanza es que si ninguna da el ancho en la campaña, no sería remoto un milagro que el silencioso Marcelo aparezca en escena.

Al fin ya tiene callo con Trump que lo recibió en La Casa Blanca con los pies sobre el escritorio, mientras él permaneció parado medio regañado.

Mientras tanto se afinan los cañonazos para difundir campañas de odio tanto acá como allá.

Parece que la alternativa será al final del día votar por el candidato o la candidata un poco menos malo (a) que los demás inscritos en la boleta.

Es tiempo de que otros menos malos salgan a escena y por necesidad de sobrevivencia no nos dejemos influir por los repetidos mensajes de odio, muchos coordinados por el experto Antonio Solá Reche y sus secuaces que siguen organizando encuentros con mexicanos frentistas, para ensuciar las campañas.


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