La dignidad de López, Estados Unidos y la carabina de Ambrosio

Por declaraciones del embajador gringo en torno a la reforma judicial, López declaró "suspendidas" las relaciones con su amigo personal y confidente, el embajador Ken Salazar. No con el gobierno al que representa, no es para tanto, ni que hubiera violado nuestra soberanía.

Todo mundo sabe que cuando surge un problema entre gobiernos de países que tienen relaciones diplomáticas normales, hay varias medidas o recursos diplomáticos que pueden ir escalando (o bien disminuyendo) y resolviendo el problema o los problemas entre ambos.

El primero, consiste en llamar al embajador a la Cancillería del país agraviado para presentarle un extrañamiento; el siguiente, la Cancillería llama a consulta a su embajador ante el país que representa el embajador que provocó la molestia; el tercero, los gobiernos retiran embajadores y deja al encargado de negocios o alguien más; y, por último, ocurre la ruptura de las relaciones diplomáticas.

Todo ello puede ocurrir entre países cuando hay seriedad ante un problema verdadero, no cuando se inventa un show, una simulación con finalidad politiquera, por ejemplo, cuando se quiere hacer de la reforma judicial un asunto de soberanía, lo que, desde luego, por su propia naturaleza, no lo es.

Nada de esto ha ocurrido.

Todo se reduce a una simulación de supuesta dignidad de López, es decir, se trata pura y simplemente de demagogia a fin de engañar a los ingenuos que creen que tenemos un presidente respetado y respetable. Pero con su conducta demuestra lo contrario, la indignidad del demagogo.

Porque los pasos de la diplomacia corresponden a la política exterior entre Estados que se respetan a sí mismos y entre sí, pero López se comporta como si se tratara de una relación personal: te dejo de hablar temporalmente, declaro suspendidas las relaciones con el embajador, no con el país y las relaciones se mantienen intactas, lo que no se correspondería con una supuesta violación a nuestra soberanía, una tomadura de pelo para los ingenuos, fácilmente manipulables pero cortos de inteligencia. La seriedad de López carece de la mínima dignidad ante el gobierno de Estados Unidos, que lógicamente ni le ha acusado recibo de la falsa pataleta de su hijo consentido y berrinchudo.


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