¿Qué prefieres? Un México sin debate o sin ideas

La noche de anoche fue especialmente diferente, totalmente sacudida y con variedad de entretenimiento, por un lado, en el centro de país un sismo que afortunadamente solo provoco susto y algunos ataques de pánico entre los habitantes de la Ciudad de México, aunque en algunas zonas no lo percibieron el simple hecho de escuchar la alarma sísmica generó alerta en todos los sentidos, por el otro el estreno del nuevo capitulo de la serie de Luis Miguel que en boca de algunos antisistema dicen que es una cortina de humo para que la población se distraiga y no observe lo que esta sucediendo en el país, lo cual me parece totalmente absurdo.

En todo el país, pero principalmente en el norte, continuo la sacudida por dos eventos, el primero la final del fútbol mexicano que a pesar de no jugarse geográficamente allá paralizo gran parte de los estados norteños del país, partido calificado como no apto para cardiacos, donde el equipo de Santos Laguna se lleva el campeonato, por el otro en Tijuana se realizó el segundo debate presidencial donde no podemos declarar a un candidato ganador, podemos decir que gano la descalificación.

El debate mostró una radiografía clarísima del acontecer de un México muy disperso, sin debate y pareciera que está perdido a falta de claridad en las ideas, aunque aclaro y debo reconocer que en este segundo round hubo más propuestas, eso, no pararon las descalificaciones entre los adversarios presidenciales.

Un formato más amable se vivió, donde por primera vez se tuvo participaron de ciudadanos, tanto para establecer cuestionamientos como para ser testigos del debate, donde el formato debe ajustarse -en mi parecer- es la forma en como es conducido, porque en esta ocasión percibí en los moderadores un tono inquisidor, que cuando no le resolvían sus cuestionamientos a su gusto, atropellaban al candidato, es más en algunas intervenciones parecía que iban a sacar el tehuacan.

Así cerramos el domingo, con más dudas, un Meade que se vio bien preparado pero no le sigue sin ayudar quien lo propone, un Anaya mostrando su muy buenos dotes de orador y con dominio de los temas, un López que sigue sin decir el cómo y solo es repetitivo en su discurso e ideas centradas en la "mafia del poder", "corruptos" y "bienestar" y por último un bronco desbocado y sin rumbo, donde de pronto muestra ideas, pero se vuela al tratar de ser diferente confundido en ser independiente.

Por último y como aviso parroquial, por si tenían pendiente, en los Billboard "Despacito" se llevo 5 categorías y volvió a colocarla en boca de todos. Ojalá las propuestas presidenciales tuvieran el mismo efecto.