Réquiem
Nadie podrá llamarse a sorpresa.
Los signos ominosos estuvieron allí por semanas.
La soberbia, la ignorancia y el dogmatismo guiaron los pasos del gobierno federal hasta que la sangre salpicó su cara.
Sangre de mexicanos, de trabajadores defendiendo sus derechos, a cien años de Cananea y Río Blanco que, como hoy, luchaban contra un gobierno coludido con malos patrones.
Sangre de mexicanos a días del 1° de mayo e inserta en un proceso electoral perdido en sillas (y campañas) vacías, guerras sucias y departamentos en Palacio.
¡Pobre México! Llora por sus hijos, llora por su presente, llora por su futuro.
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