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Escenas de cuarentena

Escenas de cuarentena

Foto Copyright: lfmopinion.com

Como en Los Miserables.

Ahora que enfrentamos tiempos de infección, de preguntas sin respuestas totalmente verdaderas y plenas de incertidumbre, vale la pena intentar hacer una paleta comparativa de tonos y colores. De actitudes. De días y noches sobresalientes, de retratos de nosotros mismos, los humanos, los reyes de la Creación, en este insignificante globo, que sin embargo es nuestra casa que tanto queremos y tanto hemos mortificado.

En este tiempo de crisis, lo mejor de nosotros se revela y en forma contradictoria también, aparecen las más deleznables miserias que no se pueden ocultar. De eso estamos hechos, de agua en un 80%, de amor en todo el cuerpo y de odio también que varía de día con día y en proporción inversa a la combinación entre necesidades y educación. Entre consumo y gula insatisfecha.

Así como en Los Miserables leímos de la condición humana que muestra pobreza, indignidad, estulticia, decadencia; pero también: riqueza, caridad, libertad y heroicidad. Confirmamos que en condiciones extremas somos capaces de hacer enormes sacrificios por los nuestros y nuestros valores. Nos distinguimos de los irracionales precisamente en que no vivimos todo el tiempo dominados por el pánico, en el horizonte de óptimas decisiones tratamos de ser ampliamente racionales, reconocemos los errores y aprendemos de la historia.

En este tiempo crítico se vale comparar con ironía para no olvidar la risa que tanto alivia:

El viaje solitario de una mujer admirable, como todas ellas, que vence dificultades grandes, medianas, pequeñas, para viajar al otro lado del mundo y estar al lado de sus hija en el nacimiento de su nieto. Bienvenido Mikel. En tiempos normales no tendría mucho drama la epopeya, pero con fronteras cerradas, vuelos cancelados, coronavirus por todas partes e incertidumbre, miedo y soledad, la aventura se antoja complicada. La decisión proáctiva que vence lo desconocido por amor a la vida.

Mientras, en Acapulco mucha gente goza del sol y del mar en el puente que gracias a nuestro héroe epónimo recordamos todos los días en avenidas, parques, plazas, ciudades. Es el mismo día de la celebración de la entrada de la primavera y agradecemos que de pastorcito a presidente lo celebramos viendo bikinis. El virus aquí se muere por la calor y las chelas, que caray. O de perdida se esconde entre el barullo... tal vez para aparecer después, cuando la oposición aplauda y llene de lana su bandera.

Mientras en Italia, reconocen haber empezado a cuidarse tarde y ya la pandemia los cubre, cantan arropados en su tricolor, sin águila ni serpiente; por su parte, los franceses decretan que no habrá obligación de pagar rentas, impuestos, ni gas, ni agua, ni luz… Los alemanes cierran fronteras, como los argentinos, canadienses y los guatemaltecos, entre otros. En España de mal en peor el virus, mientras los reyes padre e hijo se desprecian.

En los EUA, Mr Truump por fin llama a los mejores epidemiólogos e infectólogos y apuesta a una vacuna alemana, pero nacionalizada sólo para los güeros republicanos con amenazas de cerrar la frontera mexicana.

En México, los odiadores profesionales acusan al famoso Peje de pederasta por haber besado a una niña y truquean la foto que suben en redes hasta la náusea. Y desde luego, se mofan de que seguirá instrucciones del subsecretario destacado para saber hasta cuándo dejar de abrazar, saludar de mano y si… hasta besar.

Las críticas son tan inclementes como insolentes, que llegaremos tarde, que ya murió ayer un famoso esquiador banquero, no que siempre no. Que fue por culpa indirecta del Peje, no que siempre no.

La verdad es que estamos ya en recesión mundial. Y el país que saldrá fortalecido será paradójicamente China donde se inició el proceso y donde parece haberse controlada ya la infección. Ahora el foco está en Europa, quien lo fuera a decir, y avanza con rapidez en los EUA y Latinoamérica.

En tanto el precio del petróleo se desploma, la Fed bajó a cero la tasa de interés, es tiempo de reelección y se cuidarán las quiebras, sufrirán el turismo, la aviación, los cruceros, restaurantes, bares, espectáculos, pero en noviembre habrá de estar todo arreglado.

Parece que la curva tiene una amplitud de más o menos cinco-seis meses. Pero la verdad es que ya los 401K están en picada. Las bolsas se ven en un tobogán de loca bajada y no queda otra que poner dinero en las manos de la gente, para evitar el colapso y amortiguar las pérdidas de salarios.

En tanto, en nuestra país, sigue la tradición y preocupa la representación próxima de la Pasión del Señor que en Iztapalapa se escenifica hace ya ochenta y tantos años, llueve, truene o relampaguee. Y este 2020, será en Viernes Santo, el día de mi cumpleaños. Llegaré a la edad que ya recomiendan cuidado especial frente al maligno virus, que ataca sin clemencia a los viejos y al resto de la población más vulnerable.

En este mundo contradictorio, sin embargo, hay algunas voces relevantes que reconocen la importancia del actuar unidos, donde el gobierno y la iniciativa privada hagan cada cual su trabajo con metas y objetivos comunes, todos más o menos unidos para poder salvarnos. Para librar la batalla con más éxitos que fracasos.

Mañana será otro día, los grandes problemas de hoy tal vez no serán tan graves entonces, después del amanecer.

Sabremos que una madre cantará a un recién nacido con sangre mexicana y con el tiempo le dirá que del otro lado del mundo hay un país donde su abuela vivió. Un país contradictorio, pobre y rico, feliz y desdichado, con más amor que odio. Lleno de flores y frutas. De mujeres bellas y valerosas. En resumen, una tierra de hombres cabales.

Un país maravilloso. Mejor que sus gobernantes y que su llamado sector privado.

Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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