PARRESHÍA

Napitos

Napitos

Foto Copyright: proceso.com.mx

Plurinominales no electos

Nos indignamos por la postulación de Napito y Nestora; no dudo que dentro del Frente haya movimientos telúricos por Álvarez Icaza y Mancerita, y estoy cierto que las listas del PRI habrán de ser afrentosas a cual más.

Pero nos molestamos ante los síntomas olvidando las causas.

Los partidos pueden postular a quien se les pegue su regalada gana, por una simple y sencilla razón: porque nadie vota esas listas.

En otras palabras, las listas plurinominales de diputados y senadores no son puestas al escrutinio y decisión ciudadanos.

Esta aberración electoral viene desde 1986, gracias auna reforma legal de pésima catadura.
El tema lo he escrito innúmeras veces: Elección sin eleccióna y otros en LFM Opinión. En detalle he desarrollado su larga historia y consecuencias en "Nadie muere hasta que muere" (12 Editorial), de suerte que no atosigaré su lectura con ello.

Bástenos saber que los partidos se confabularon con el gobierno para robarnos un voto que otorga la Constitución, de suerte de poder hacer y disponer a sus anchas en la integración de sus listas plurinominales sin la debida y democrática valoración ciudadana.

No importa a quien pongan, delincuentes o santos, proxenetas o Madres Teresas, impresentables y aborrecidos, porque los ciudadanos tenemos vedado todo derecho en ese espacio.

Con el paso de los años los partidos han perdido la vergüenza y ahora pueden mofarse de nosotros, que a fin de cuenta nada pasa.

La afrenta no es sólo a los electores y a la dignidad democrática, lo es también y en primera instancia a las militancias que ven, elección tras elección, el juego de las sillas al que solo están convidadas las dirigencias y sus abyectos.

Se cuenta que Calígula quiso hacer senador a su caballo. La verdad es muy otra, el Emperador dijo que su caballo era más inteligente que los Senadores. Su razón es válida para nuestro caso, aunque carezcamos de caballo. Nuestros diputados y senadores, salvo escasísimas excepciones, son una vergüenza y una ofensa porque, por lo menos en tratándose de los de listas, no priva la democracia en su elección, sino la partidocracia en su imposición.

Para colmo, a la desvergüenza suman hoy, con insultante impudicia, la abierta búsqueda del fuero, no como garantía para el ejercicio de una función pública, sino para burlar la justicia.

¡Y luego nos quieren dar clases de moral¡

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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