PROHIBIDO PROHIBIR

Una metamorfosis invisible

Una metamorfosis invisible

Foto Copyright: lfmopinion.com

Ya no tuvo orgullo en su oficio de tecnócrata estadista. La realidad lo abrumó y se peleó con su felicidad.

Cuando platiqué que mi abuelo murió y que se fue por envidia, se quedaron pasmados sin creer en la razón de su muerte; él que siempre fue tan objetivo y calculador. Sin embargo, les juro que lo ví ponerse rojo escarlata y enmuinado, antes del ataque, después de haber comparando con fruición las estadísticas, las curvas y sus gráficas. Toda su vida estuvo ocupado en los niveles de bienestar y apostó con sus críticos cada porcentaje de mejora. Como brujo moderno se escondió cada rato a analizar los datos del fondo internacional con la esperanza de que por fin calificara mejor a su pueblo; pero nada, cada trimestre era volver a empezar. En cambio los vecinos, sujetos de su envidia, crecían y crecían mientras que de su lado, sólo desempleo y pobreza, muy a pesar de su trabajo de maquillista oficial.

Yo creo que al final se desesperó y la envidia lo llevó a la calumnia. Maldijo a los del fondo y a sus colegas del gobierno. El marco teórico de sus proyecciones y estudios se derrumbó. Que si la muestra era válida, que si la elasticidad, que la phi, que la desviación estándar, que si los niveles de confianza… Ya no tuvo orgullo en su oficio de tecnócrata estadista. La realidad lo abrumó y se peleó con su felicidad. Maldijo a sus maestros por contar mentiras y enojado estiró la pata.

Entonces al llegar al cielo, se puso a rezar: Ojalá, ojalá… y pidió regresar a enmendar entuertos. A pesar de que sus contemporáneos lo envidian por su retorno y aunque él quiere reiniciar su trabajo de siempre, me esfuerzo por llevarlo a otras latitudes sin estadísticas de pobreza. Lo veo arrogante frente a la altivez y estulticia de los nuevos ricos a los que muchas veces mandó a freír espárragos. Recuerdo que a uno de ellos se le pasaron las cucharadas y a grito pelado confesó: ‘de este lado el poder y la realidad’. Del otro, oí decir a mi abuelo: la inteligencia y las estadísticas. Y aplaudieron muchos empresarios con envidiosa candidez.

Ahora que regresó, como si fuera mi hijo, lo llevo al cine, a oír música, le compro libros de aventuras. Ya le propuse un viaje: será en yate: el Regina Maris. ¡Al Mediterráneo! Le explico que antes fuimos marineros y exploradores; historiadores y geógrafos. Lo entusiasmo cuando le cuento que estuvimos en El Amazonas y salvamos pueblos enteros de enfermedades y peligrosas inundaciones. Que fuimos al Africa a cazar leones. Que en Yucatán nadamos en los cenotes sagrados y liberamos a un par de princesas vírgenes del ritual religioso. Me dice que ahora es un capitán de 15 años, mientras lee a Kavafis y yo lo miro con amor-admiración y con envidia por su voluntad de lucha, al descubrir que sigue haciendo mentalmente tablas y comparaciones numéricas.

El enfermero trae las medicinas, la doctora Kristeva se esfuerza por explicar su condición: usted está mejorando, aunque un texto y el siguiente pude conducir al infinito de las lecturas, al horizonte de la nada, al vacío. El Vacío es el título de un poema de Baudelaire, recuerdo. Mientras, espera regresar, en silencio, a sus estadísticas, en cuanto pueda.

Al atardecer le dieron permiso de salir un rato de la jaula, los colores naranja se confundieron en violeta, y recité a Donne: "No man is a an island entire of itself, every man is a piece of the continent…"; con ese ritmo, así, como lo aprendí en familia. Contando las letras.

Ayer en la tarde, al recordar otra vez, me prometí a mi mismo trabajar aún más en el promedio, la media, la probabilidad, los gráficos y en las curvas para acabar de una vez por todas con la pobreza, aun cuando algunos académicos me envidien y me hablen a gritos de la realidad. No caería mal el Nóbel, o un sabático en Harvard, antes de regresar al cielo…o al infierno por mentiroso.

AMC/San Diego, California/junio de 2014.


#LFMOpinión
#Metamorfosis
#Estadísticas
#Pobreza
#Desigualdad

Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

Sigueme en: