PARRESHÍA

Consummatum est

Consummatum est

Foto Copyright: lfmopinion.com

Peña se encuentra con lo que destruyó.

En Reforma aparece hoy una nota que no encuentro en ningún otro medio. Lo destaco por la abierta proclividad de éste a tergiversar su función informativa con otra militante.

Pues bien, Reforma informa que Patricio Vargas Alarcón, Juez Décimo de Distrito de Amparo Penal, concedió a Barreiro suspensión provisional para que la PGR no ejercite acción penal en su contra.

Cita como número de amparo el 186/2018, según la nota interpuesto por Barreiro este pasado lunes contra la carpeta de investigación UEIORPIFAM/979/2017.

En ese tenor, será el 14 de marzo cuando se celebre la audiencia incidental tras la que el juez determinará si concede o no la suspensión definitiva.

Lo primero que se deduce es que fue el propio Barreiro y socios en desgracia quienes filtraron la información al periódico a su servicio.

Lo segundo es que a los estrategas gubernamentales (destaco el eufemismo) de la embestida contra Anaya se les complican panorama y tiempos.

Lo tercero, que siendo así la suerte de Meade se aprecia más negra que un hoyo sideral, que Peña debe poner sus barbas a remojar y que el abandono del barco priísta va a inundar el mar de ratas oportunistas.

Cabe, sin duda, que la PGR logre levantar la suspensión, pero si hay una entidad federal en este sexenio que haya sido más carcomida institucional y sistemáticamente desde el centro del poder, ésa es la Procuraduría.

Hoy que Peña requiere para su futuro una institución eficaz, se encuentra con la que destruyó. Evito hablar del descrédito institucional por ser innecesario.

Esperemos al 14 de marzo para poder determinar si al PRI se le mueve una patita o consummatum est.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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