LO DE HOY

Honremos a México...

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Foto Copyright: lfmopinion.com

Vorágine de la manipulación discursiva del odio

La paulatina transformación de las mentalidades, tanto de los gobernantes como de los empresarios y de la sociedad civil organizada de México, para comprender que existe una ineludible responsabilidad entre ellos para recibir y aportar uno al otro propuestas, ideas y opiniones, presenta un saldo que al día de hoy puede considerarse positivo.

Y ha sido precisamente esa transformación la que propició el cambio de actitud que ha hecho posible para bien, que los empresarios y líderes sociales de principios del siglo XXI ya no estén, como estuvieron a mediados del siglo pasado, alejados y contrapunteados con el poder político.

Después de plantear este escenario, veamos la perspectiva nacional del 2018, considerando que se corren riesgos incalculables para el desarrollo nacional si caemos en la vorágine de la manipulación discursiva del odio que quebranta por enésima vez, el buen curso y la prudente velocidad que en estos momentos lleva el desarrollo del país.

No quiero decir que el discurso político sea un ingrediente nocivo para la lid electoral, pero cuando su diseño y manejo siembran odio gratuito contra el gobierno en turno y contra todos los políticos, a quienes se afecta es a las masas, conduciéndolas a la pérdida de su balance emocional y cegándolas para percibir el verdadero progreso colectivo.

Ahora bien, el discurso del odio a que me refiero, no necesariamente es la pieza oratoria de dos horas de duración. Hoy, los medios de comunicación electrónicos lo meten a la inmensa mayoría de los hogares de México mediante spots de veinte segundos que intentando ser demoledores de la imagen de nuestro gobernante en turno, hacen tremendo daño colateral minando la autoestima mexicana.

Alguien dirá que veinte segundos no es nada, pero la frecuencia y la creatividad literaria con que se elaboran los spots del odio, buscan que millones de receptores del mensaje se "pasen a la izquierda" y para lograr su objetivo, forjan una imagen negativa de los políticos y del actual gobierno.

Lo irónico es que habiendo transcurrido tantos años para que la sociedad civil, el poder político y el poder económico vayan comprendiendo su responsabilidad de cohabitar en las decisiones y los megaproyectos nacionales, ahora sean los mismos partidos los que amenazan al desarrollo democrático, con su promoción del odio.

A mí se me hace muy sospechosa esa intención de provocar desapego al respeto a la investidura gubernamental ilusionando a las masas de que un viraje hacia la izquierda traerá de manera inmediata una transformación positiva a la realidad del receptor del mensaje. Hacer eso, es sumamente irresponsable.

Cuando el desarrollo de México lo que más demanda es perseverancia en su trayecto, la propuesta de "pasarse" a la izquierda es, en nuestros días, un alto riesgo equivalente a levantar un muro con el que nosotros mismos nos estrellaríamos y con ello pausaríamos el avance nacional para empezar de cero.

Creo que es muy importante advertirles desde ahora a los gobernantes, a los empresarios nacionalistas y la sociedad civil organizada, que hagan una honesta evaluación integral de hasta donde ha avanzado nuestro país, para que paulatinamente y también con spots de veinte segundos, ellos muestren las bondades reales que ha propiciado la participación "gobierno-empresarios-ciudadanía".

Y enfatizo que no es ético que con el pretexto de llegar al poder, los dirigentes y las burbujas de los partidos políticos desacrediten a las instituciones nacionales y a la noble tarea de la política en México. Porque digan lo que digan, la política es buena. Es necesaria y no todos los políticos son deshonestos.

Recomendaría a los escritores de izquierda que elaboran guiones dedicados al fomento del odio, que guarden compostura y reserven sus ataques para los momentos cruciales de los debates cara a cara de los candidatos.

México demanda que honremos a su política, a su iniciativa privada y a su participación ciudadana. La nación nos necesita unidos, aunque pensemos diferente.

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Moisés Abel  García

Moisés Abel García

Analista Político. Consultor en International Megatrends de México

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