PARRESHÍA

Esquizofrenia en el INE

Esquizofrenia en el INE

Foto Copyright: lfmopinion.com

Salvar a los independientes es salvar al INE.

El asunto del INE y los apoyos a independientes, si bien es un problema procesal, legal y político, lo es también -y preocupantemente- de esquizofrenia.

Durante cinco meses aspirantes, ciudadanos e INE recorrieron una larga y tortuosa ruta para levantar y validar apoyos.

Semana a semana el INE fue notificando puntualmente los apoyos recibidos y validados, conforme los números se fueron integrando fuimos testigos de su ubicación geográfica y con ello los aspirantes orientaron sus esfuerzos en pos del requisito de dispersión de apoyos en un mínimo de 17 entidades.

Finalmente, no sin tropiezos, por lo que hace a la presidencial, el INE avaló a tres finalistas con números suficientes de apoyos "validados" para estar en condiciones de solicitar su registro como candidato.

Fue un proceso público en público y transparente, conforme a la ley, acuerdos y lineamientos vigentes para tal efecto, construido paso a paso, repetimos, a ojos vista.

Un mes después de concluido este monumental esfuerzo, el propio INE lo desconoce, denigra y enmaraña.

Durante años he visto procesos electorales construidos con esmero que, tras el mandato de las urnas, son destruidos sin piedad por los perdedores. En este caso, sin embargo, aún no hay elección y quien destruye al INE es el propio INE, o, mejor dicho parte de su funcionariado.

Sin fundamento legal alguno y sin causa conocida, desconoce lo ya validado bajo un procedimiento que hasta hoy se desconoce y, obvio, no previsto en norma, sin participación de los interesados y en la máxima obscuridad. Lo que hizo a la luz durante cinco azarosos meses, lo destruye tras bambalinas en diez días y nos sale con un universo nuevo pero al revés. Casi todo lo validado es una porquería y posiblemente constitutivo de delito. ¿Tendrá claro que de ser así el validador sería parte del ilícito?


O lo que hizo en cinco meses bajo norma y escrutinio ciudadano fue una gran mentira; o lo que hizo en cinco días, sin sustento legal, bajo procedimientos desconocidos y en lo obscurito es una simulación aviesa.


Cual si fuera otra persona, el INE desconoce lo que durante meses con esmero y transparencia construyó de mano de la ciudadanía; al hacerlo incrimina a decenas de miles de ciudadanos que levantaron apoyos y a millones que los otorgaron, fulmina la figura de independientes y pone en riesgo todo lo hecho por el INE: si lo de los independientes está mal, qué otra cosa a su cargo también.

Las validaciones que durante meses realizó, hoy las desconoce de un plumazo e inventa una garantía de audiencia de imposible realización, que, a su vez, constituye una trampa, toda vez que al acudir a alegar sobre su segunda e ilegal revisión se le consiente y valida.

Lo que el INE ha hecho es un balazo a la institución, a la figura de independientes, a la honra de personas en particular y a la elección en su conjunto.

O lo que hizo en cinco meses bajo norma y escrutinio ciudadano fue una simulación y nunca validó los apoyos ciudadanos que iba recibiendo y publicitando, es decir, todo fue una gran mentira; o lo que hizo en cinco días, sin sustento legal, bajo procedimientos desconocidos y en lo obscurito es una simulación aviesa.

En cualquiera caso estamos ante un INE que juega de Doctor Jekyll de día y de Señor Hyde de noche.

PS.- El tema no es menor, salvar a los independientes es salvar al INE.

#LFMOpinión
#Independientes
#INE
#Elección2018

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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