PARRESHÍA

El anayismo de Castañeda

El anayismo de Castañeda

Foto Copyright: lfmopinion.com

Espero con ansias ver a Dante callando a Jorgito ante los medios.

Finalmente cayó la careta de analista político tras la que por meses se embozó Jorge Castañeda para llevar agua al molino de Ricardo Anaya.

Destaco que es su derecho participar en política a favor de quien se le pegue la gana, pero una cosa es vivir de analista en mesas mediáticas donde no se pone el sol y otra es actuar como el militante que es.

Bienvenido a la contienda Jorge.

Sorprende, sin embargo, el cargo de coordinador de estrategias por varias razones.

Una cosa es hacer análisis y ponderar ante cámaras y micrófonos, y otra es armar estrategias en campañas electorales y coordinar equipos de Divas.

El Frente, de suyo, es ya un ornitorrinco de mil caras y una hoguera de vanidades. Sumarle más, y no cualesquiera, ya que en tratándose de egos el de Castañeda no tiene parangón, permite esperar moquetes al por mayor.

No obstante, Anaya se hace de un extraordinario polemista, de los que andaba flojo.

Habrá que estar atentos a los resabios de los pleitos epónimos entre los egos desbordados de Creel y Castañeda.

Finalmente, el nombramiento de Jorge acusa preocupación por la suerte del exitoso empresario inmobiliario metido a candidato. La encuesta de El Financiero hoy, muestra una baja sensible de tres puntos porcentuales en la intención del voto a su favor.

Ergo, sus hasta ahora defensores y estrategas no le han servido de mucho.

PS.- Espero con ansias ver a Dante callando a Jorgito ante los medios. Se va a poner bueno.

#LFMOpinión
#JorgeCastañeda
#Vanidad
#RicardoAnaya
#Elecciones2018

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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