Somos complejos

Aunque se nos quiera ver de una manera muy simple, en realidad acabamos siendo seres extremadamente complejos. Y no sólo por el maravilloso organismo que poseemos, en el cual cada célula es de por sí una exquisita conjunción de una gran variedad de elementos, que la hacen una de las más hermosas partes de la naturaleza.

También reímos, lloramos, somos sentimentales y nos atrapan múltiples emociones, como el afecto, el cariño y la capacidad de amar u odiar, Igual hacemos poesía y practicamos una gran variedad de artes, y las queremos llevar al escenario de la belleza y las exhibimos con el encanto que tiene una galería o un museo.Vivimos tantas experiencias y las narramos cada quien a su manera, dañamos en el mundo de la diversidad y tratamos de compartir nuestras percepciones en la comunicación con los seres que nos rodeas, y nos tratamos de escuchar y entender. Y si tenemos éxitos, nos abrazamos y deseamos intensamente, hasta llegar a procrear y generar una vida más.

Cada quien piensa lo que quiera, explora el mundo a su manera y va descubriendo lo que experimenta mientras camina en la ruta que ha elegido. Aprendemos, reflexionamos, imaginamos y podemos elegir entre vivir en la fantasía o en una supuesta realidad que nos toca descubrir.

La vida puede ser extremadamente encantadora, para unos, y una lamentable tragedia para otros. Mientras unos logran poseer cuanto se les antoja y hasta vivir en el extremos del exceso y la locura de lo extravagante. Otros carecen de todo y hasta llegan a la tumba porque no tuvieron ni qué comer, o medicinas que tomar.

Existen las virtudes y los vicios, unos las cultivan para vivir el bien y otros quedan esclavizados en las redes de las adicciones y la necedad de hacer el mal, a sí mismos y a los demás, creyendo que están haciendo unas pinceladas del bien. Cuando al final del cuento descubren que su película termina con la cruel realidad de que se han engañado.

Ciertamente somos seres de una increíble y compleja personalidad, igual tenemos miedo, o mostramos seguridad y empeño por conquistar el mundo, o caemos en la impotencia y el fracaso, del que difícilmente nos podemos levantar. Al final del día, somos responsables de nuestros propios actos, y vamos escribiendo nuestra historia día a día con deliciosos versos que se encadenan a una prosa que no dice nada o cobra sentido sólo, al final de nuestras vidas.

Amamos a un Dios que no vemos y oramos por el bienestar de la humanidad con el fervor de la fe; mientras que unos osados y pervertidos, matan al creador y acaban cruelmente con la vida de quien se interponga en su camino, sin esperar que a su muerte exista un juez que dictamine el destino eterno de su alma.

La vida es un maravillosa experiencia para unos y un cadalso y sufrimiento para otros, pero en fin es fruto de las semillas que hemos plantado y recogemos sus frutos y los resultados de las decisiones que hemos tomado.

Cualquier aportación al conocimiento de lo que somos, enriquece la dulzura de vernos en el espejo, o descubrimos las vilezas que nos torturan.

Podemos hacer que nuestra vida sea muy compleja o también elegir que sea muy simple, la decisión está en nuestras manos y tú sabrás qué haces con ella.



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