PARRESHÍA
Criminalización de la participación ciudadana
Millones de mexicanos que, por arte y magia de un plumazo del garante de sus derechos políticos, fueron convertidos en simulaciones.
Partamos de la presunción de inocencia, eso que los Consejeros y funcionarios del INE han masacrado con más esmero que pulcritud lo últimos días.
Menester es hacer un poco de memoria. El INE durante cinco meses validó los apoyos ciudadanos a aspirantes a candidatos independientes a la Presidencia, computó su porcentaje en relación al umbral y dispersión requeridos, y publicitó avances.
A mediados de marzo dio datos oficiales, si bien preliminares.
Tres de los aspirantes llenaban los requisitos, según su sistema, procedimientos y valoraciones.
No obstante ello, días después, desconoce todo, TODO; alega haber realizado de nueva cuenta la validación de lo validado-invalidado y lo que sale, además de violaciones de derechos y debido proceso, son millones de mexicanos a los que les niega existencia y manifestación de apoyos, y auxiliares que recabaron apoyos y los aspirantes convertido en delincuentes de la peor ralea.
En papel de Inquisición electoral levantaron apresuradamente patíbulos y afilaron con fruición guillotinas; en febril actividad poblaron los espacios noticiosos con denuestos a los aspirantes, agravios a sus auxiliares -verdaderos ejércitos de delincuentes electorales dignos de mazmorras y lapidación- y desaparecieron apoyos ciudadanos y a los ciudadanos mismos.
Por cierto, ¿y la presunción de inocencia Apa?
¿Y los derechos políticos conculcados?
Lo que el INE no explica y tapa con su embestida es que sin causa alguna desconoció lo que millones de ciudadanos construyeron durante cinco meses y en menos de una semana, en lo obscurito, rehizo la valoración, desconociendo la previa y cambiando diametralmente los resultados.
¿Cómo explicar que lo que se fue haciendo en tiempo real, ordenado y pausado, de mano y de cara a los aspirantes y sus equipos, y publicitado urbi et orbi, ya no sea y en su lugar aparezcan ciudadanos malandrines.
¿No es un poco demasiado?
El INE acusa a diestra y siniestra, pero no explica por qué violento el debido proceso y desconoció lo hasta entonces hecho.
Finalmente, ¿qué deja este deplorable proceder? Una figura de Independientes hecha pedazos; la condena al pueblo de México a no más opciones que un sistema de partidos podrido; la conculcación del derecho ciudadano a participar en política y votar por opciones no partidarias de su simpatía; la criminalización de la participación política y millones de mexicanos que, por arte y magia de un plumazo del garante de sus derechos políticos, fueron convertidos en simulaciones.
Si eso le hacer a un aspirante a la Presidencia de la República, qué no le harán al ciudadano anónimo.
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