¿Simulación o ninguneo?

En su Laberinto de la Soledad, el gran Paz habla, entre otras cosas; del disimulo, "el que disimula no representa, sino que quiere hacerse invisible, pasar desapercibido –sin renunciar a ser-. El mexicano, dice, excede en el disimulo de sus pasiones y de sí mismo. Temeroso de la mirada ajena, se contrae, se reduce, se vuelve sombra y fantasma, eco. No camina, se desliza; no propone, insinúa; no replica, rezonga; no se queja, sonríe; hasta cuando canta –si no estalla y se abre el pecho- lo hace entre dientes y a media voz, disimulando cantar:

"Y es tanta la tiranía
de esta disimulación
que aunque de raros anhelos
se me hincha el corazón,
tengo miradas de reto
y voz de resignación."

Sobre la resignación y el disimulo hemos construido nuestro sistema de vida, que permite, si no fomenta, al Ogro Filantrópico y su sistema de partidos. En uno y otros disimulamos nuestra ciudadanía y responsabilidades políticas. A fin de cuentas, siempre es más cómodo acusar de nuestros males a políticos corruptos que hacernos cargo de que no lo sean y, además, cumplan su cometido.

En esa ruta surgieron las palpitaciones de una opción al margen de los partidos. La vía independiente se aprecia como quimera inalcanzable y, sin embargo, se mueve.

Triste, por tanto, observar cómo sobre sus espaldas y honra se aplica ahora todo el aparato del Estado y las manos mecedoras de un sistema de partidos en sus últimos estertores.

¿Qué hacer con quienes se niegan a la resignación y a la simulación partidaria? Simularlos.

Así, por el arte de una autoridad que violenta sus propias normas, desconoce sus propio actuar y transgrede derechos humanos de millones de ciudadanos con su hacer, disimula en simulaciones a apoyos de carne y hueso.

Es Paz quien en este 104 aniversario de su natalicio describe lo que el INE hace hoy con los independientes y sus simpatizantes: "No sólo disimulamos a nosotros mismos y nos hacemos transparentes y fantasmales; también disimulamos la existencia de nuestros semejantes. No quiero decir que ignoremos o los hagamos menos, actos deliberados y soberbios. Los disimulamos de manera más definitiva y radical: los ninguneamos. El ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno. La nada de pronto se individualiza, se hace cuerpo y ojos, se hace Ninguno."

Eso es lo que el INE ha hecho con millones de mexicanos que optaron por la vía independiente, los ninguneó en simulaciones.

Por fortuna existe el Tribunal.

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