PROHIBIDO PROHIBIR

Las pesadillas y la impunidad

Las pesadillas y la impunidad

Las quesadillas en Coyoacán, en la tarde noche y más de tres o cuatro, doraditas, grasosas. Y con harta salsa picosa y acompañadas de un par de refrescos de cola son muy apetitosas, pero seguramente causantes de dolor de panza, malestar general y corre que te alcanza e insomnio, hasta que por fin, después de un par de antiácidos y varios vasos de agua, el tragón desacostumbrado dormita, se duerme y sueña con monstruos entre eructos y vómitos que lo persiguen hasta la mañana siguiente.

Amanece arrepentido, aunque difícilmente cambiará su antojadiza afición de no reeducar sus hábitos alimenticios.

Es el ejemplo del círculo vicioso de causa efecto entrelazado de pesadillas e impunidad que deriva en: angustia, temor, obesidad, diabetes, cardiopatías severas, Covid-19, hospitalización y al final, es una variable más que incide en el aumento de fallecidos, una pesadilla social impune.

La impunidad del latín impunitas, se refiere a la falta de capacidad para modificar y evitar conductas determinadas y a todas luces inconvenientes. Es la falta de castigo ante conductas antisociales.
Dicen los que saben que cuando hay impunidad se lastima a todo el cuerpo social y se está más cerca de la incivilización que de la cultura.

En efecto, cuando se incurre en una falta o en un delito, y el susodicho responsable no recibe la pena que corresponde y, por lo tanto, ni se sanciona ni se enmienda su conducta, se incurre en impunidad.

A mayor abundamiento, es la evasión o el escape del castigo que social y jurídicamente debiera de aplicarse y que el contrato social consideró adecuado y proporcional.

Transexenal ha sido la impunidad en nuestro país. Se trata de un aparato de protección y connivencia bien organizado entre socios, miembros de diferentes partidos políticos, empresas y empresarios, sindicatos, gobernantes y demás autoridades, patrones que mal pagan a sus empleados, todos ligados en la peregrina causa de hacer dinero pronto y a cualquier costo. El objetivo es cobrar comisiones, precios alzados, venganzas, moches y pagar menos impuestos y salarios en todas las cadenas productivas y de distribución, en todos los contratos posibles. En todo el aparato de justicia y en las relaciones de poder.

Para ello ha sido preciso dominar los puestos de decisión y asignación de negocios y diseñar estrategias de reparto de los excedentes de los beneficios del abuso.

La impunidad y las pesadillas en México van de la mano


Hay varios ejemplos de pesadillas, sueños desagradables que producen angustia y miedo y consecuentes conductas impunes y viceversa, por ejemplo:

Truuump despertó gritando porque soñó con Pelosi, Obama, Michelle y la dupla Biden-Harris.

O cuando los de Nexos piensan en la Función Pública, sudan y se acongojan, hacen rabieta, mientan madres y lloran, mientras diseñan la venganza por escribir y justificar mentiras.

O cuando tres expresidentes, dos gobernadores, más un refugiado en la academia amigo y promotor del yerno preferido y demás socios cómplices de corrupción, involucrados en el caso Odebrecht, compra de plantas chatarra y demás, sueñan que el Fiscal hace su trabajo y los llama a cuentas, junto con Pío y León, que iba a ser zar de la distribución de medicinas, algunas que impunemente siguen escaseando.

O cuando el pejePresidente lee la denuncia filtrada de Lozoya y llega sólo hasta las primeras páginas para darse tiempo, retomar aire y por fin terminar de leer sin peligros nocturnos

La impunidad y las pesadillas en México van de la mano:

desde los abusos policiacos y de la Guardia Nacional contra ciudadanos sin credenciales; las instituciones bancarias que no protegen suficientemente a sus usuarios de robos en sus cuentas de ahorro y cajeros, los árbitros de fútbol que siempre le dan su ayudadita al América, las televisoras que han contribuido a la enajenación del respetable y a la promoción de bienes y productos chatarra, los partidos políticos que maman, engañan y defraudan, el INE que nunca se entera de nada y promueve a los cuates y sus intereses, mientras cobran nóminas de privilegio, la secretaria de Salud que sigue acumulando críticas y muertos derivados de la pandemia y sus controvertidas estrategias.

Más casos terribles de impunidad los hay en Tamaulipas, en el ejido de Buenavista donde los habitantes viven aislados y cercados, muriéndose poco a poco.

En los feminicidios y secuestros que ponen los pelos de punta y siguen al alza.

Tan grave es hoy la situación en México con respecto a la violencia, el aumento de la inseguridad, la pobreza y la pandemia que tienen sobrada razón los críticos que dicen que la 4T queda a deber, incluso en resultados del combate a la corrupción

Vaya, ni las mañaneras se salvan por repetitivas y obsesivas, aunque sobresalen el cobro de impuestos sin excepciones y los programas sociales.

Sin embargo, a contrario sensu, la popularidad y buenas intenciones del régimen no disminuyen. Lo que explica, tal vez en parte, nuestro histórico masoquismo.

Una importante diferencia entre los EUA y México, es que la impunidad tiende a reducirse en la tierra de Lincoln, eventualmente se paga por los crímenes cometidos: el Chapo, García Luna, Bannon, Naasón de la Iglesia La Luz del Mundo, César Duarte, Raniere de Nxivm, Joseph DeAngelo, los policías que ahogaron a George Floyd…

En cambio, entre nosotros, la impunidad va creciendo como hierba mala. Pareciera que sólo se prefieren los shows mediáticos y el teatro de escándalo.

De hecho se envían mensajes con los vídeos: ‘¡hay más! y les puede tocar, ¡estense en paz!’

Mientras que la historia de la impunidad en México cubriría varios miles de gruesos volúmenes con relatos de pesadilla y en kilómetros, desde Tijuana a Mérida ida y vuelta como 100 veces.

En los últimos años: el magnicidio de Colosio, el proceso del hermano incómodo, el asesinato de Enrique, su otro hermano, a quien conocí cuando los dos, jóvenes, noviábamos por el mismo rumbo y llevábamos serenatas cada quién a su cada cuál. El caso de la maistra, el magistrado exembajador renunciado, la guardería ABC, el accidente aéreo donde viajó Madrazo y el del joven maravilla Mouriño, secretario panista de Gobernación; Ayotzinapa y la verdad histórica; hace unos días el asesinato en la penitenciaria del Estado de México del presunto asesino del notario Luis Miranda.

Estoy convencido que, a contracorriente del presidente, ¿o en su abono?, qué más da, el principal problema del país no es la mentada corrupción que desde luego se reproduce como hongo venenoso por todas parte.

No, no es la peste de la corrupción, sino su hermana gemela, la impunidad, que impide resolver nuestras pesadillas.

Ellos saben qué se puede hacer lo que sea desde el poder. Si llegan a ser descubiertos y acusados basta declarar que todo es mentira o falsedad, que limpiarán su dignidad y su nombre. Asunto arreglado.

Cuando se complican las cosas queda el trámite de último recurso sobre la violación al debido proceso (sic) Y en declaraciones convenientes como testigo protegido y listo: se asegura la libertad, o en lugar de la cárcel, la portación de un brazalete de ubicación y hasta el regreso de parte del botín, de lo originalmente robado.

Combatir la impunidad desde el Ejecutivo, en la Fiscalía, en el INE, en el Legislativo y especialmente en el Poder Judicial, entre los gobernadores, donde todos en campaña prometieron portarse bien, incluso el famoso Bronco, que habló de mochar las manos a los criminales y malhechores para reducir la inseguridad.

Combatir la impunidad es condición sine qua non para progresar, de lo contrario, iremos como los cangrejos, siempre para atrás… y con pesadillas.

Además, es importante distinguir la gravedad de los actos antisociales, no es lo mismo recibir aportaciones voluntarias para un movimiento de liberación, que hacer negocios de millones de dólares para unos cuantos privilegiados con afectación del erario y las finanzas públicas.

Y desde luego, es menester olvidarse de ese chisme de la consulta popular para decidir sancionar o no a los involucrados en escandalosos casos de corrupción. Aplíquese la ley y listo que esa es la obligación constitucional.




#LFMOpinion
#ProhibidoProhibir
#Pesadilla
#Impunidad
#Ley
#Corrupcion
#Interes
#Odebrecht
#Lozoya


Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

Sigueme en: