PARRESHÍA

¿Qué gana el INE matando la figura de Independientes?

¿Qué gana el INE matando la figura de Independientes?

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¿Qué hay atrás de esta febril cual insólita conducta?

El INE ha desplegado un inusitado activismo mediático en contra de los independientes. Aún antes de circular los proyectos de acuerdo para el Consejo General, Consejeros y Directores Ejecutivos esparcen versiones adelantadas de ellos urbi et orbi.

Los partidos, felices, los dejan pasar.

Los aspirantes, sin voz en los órganos electorales, son atropellados por el aparato mediático de la autoridad encargada de velar por sus derechos.

¿Qué hay atrás de esta febril cual insólita conducta?

Una condena pública, ya ni siquiera un juicio paralelo.

Olvídese usted del debido proceso, garantía de audiencia y presunción de inocencia; esas nimiedades han dejado de contar en el Instituto Nacional Electoral.

Legalidad, imparcialidad, objetividad, transparencia y máxima publicidad han dejado de ser principios constitucionales que rigen el actuar electoral de la autoridad.

Lo importante es generar una masa crítica (acrítica, por cierto) que haga indiscutible e irreversible la decisión impuesta a base de conferencias y entrevistas.

Si se fija usted, el centro de la discusión es sobre una serie de irregularidades en los apoyos que la autoridad descubrió, sola y en obscutiro, en el último momento; pero nadie cuestiona por qué el INE tiró a la basura todo su trabajo y lo rehizo, insisto, solo en unos cuantos días.

La pregunta obvia es si todo lo realizado en cinco meses estuvo mal y millones de ciudadanos facinerosos pudieron burlar los sistemas de control y seguridad del INE, por qué es que no hay nadie sujeto a investigación.

¿Qué gana el INE matando la figura de Independientes?

¿Qué pierde el INE soportando su actuar en juicios mediáticos y no jurídicos?

#LFMOpinión
#INE
#Independientes
#Elecciones2018


Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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