PARRESHÍA

La semana es para Meade

La semana es para Meade

Foto Copyright: diariobasta.com

Finalmente logró reencontrar un discurso que transmite su pensamiento, persona, talante y capacidades.

Hoy, la semana favoreció a Meade. Finalmente logró reencontrar un discurso que transmite su pensamiento, persona, talante y capacidades. Se le ve cómodo, seguro y auténtico.

Si bien sus actos siguen siendo de priísmo escenográfico, su mensaje ha logrado trascenderlos e, incluso, imponer agenda.

El tono conciliador y sus críticas al enfrentamiento estéril, electorerismo rijoso y descalificación sistemática le son más afines que andar acusando de tortuta a un gobernador loquito, desesperado ante su ineficacia gubernativa y fajador de barrio. De paso le permite llevar la discusión a temas torales, en abandono de la vacuidad que impera en las precampañas. Es en ese terreno en donde puede desmarcarse de sus adversarios.

Su propuesta anticorrupción, salvo que se la haya encargado a Gamboa y a Camacho, incapaces de amarrar una agujeta en el legislativo y epónimos exponentes de la corrupción, fijó agenda y conversación, mostrando lo distante de sus competidores de una deliberación de fondo.

En su equipo se empieza a apreciar un indicio de concierto, aunque le sobran voceros que gravitan sobre su mensaje y posicionamiento.

No obstante, la pifia de intento de imposición en Chiapas pudo descarrilar sus opciones de triunfo. Puedo leer en el transfondo un chantaje del Verde muy alto y afrentoso, pero ese es un problema que han cultivado por muchos años y que ahora no les corresponde más que apechugar y pagar a su honeroso y desprestigiado compañero de viaje. Dios los hace y ellos se juntan.

Y si bien sigue adoptando panistas y tecnócratas antípodas del PRI tradicional, por un lado, y se obstinan en sacarlo al lado de Murat o del exsecretario de gobierno de Quintana Roo, preso por cierto al día siguiente de la toma, por otro; cierra bien la semana con el abrazo de Acatempan entre él y Beltrones, mandando tres mensajes: el de que Manlio no se va a ningún lado y votará por Meade, a cambio de hacer a su hija Senadora; el de que el PRI no lo va a dejar solo ante el montaje de Corral y, finalmente, de que, además de los tránsfugas y antípodas del PRI, ve, le importan y suma a los priístas.

A mi esposa no le gustó ver a Meade fotografiado con Manlio, pero el mensaje no era para ella, sino para las bases priístas que, salvo como escenografía, no se veían reflejados ni incluidos en la campaña ni en el proyecto de Meade.

En ese difícil papel, de no ofender a los de casa y de sumar a los ajenos, Meade avanza consolidándose como el verdadero precandidato ciudadano, sumando simpatías allende el PRI y cuidando las de suyo desastradas priístas.

Las versiones de que no levanta, que lo van a cambiar, que cae en picada, cada vez tienen menos fuerza y el hecho es que Anaya no ha logrado despegarse del empate que lo ancla hasta ahora con él. Los cálculos frentistas eran que para estos días Anaya tuviese en la bolsa asegurado el segundo lugar, de suerte de dedicarse a pelear con AMLO, pero su campaña naufraga entre guitarras, defecciones panistas, descalabros frentistas y un Javier Corral, que si bien le ayudó con su montaje contra Hacienda, parece traer su propia agenda y puerto de destino.

Por si fuera poco, las postulaciones de los esposos Moreno Valle en tándem a la gobernatura y el senado en Puebla, acreditan la democracia de pactos en lo obscurito en que tiene hundido al PAN, y sus desavenencias con PRD y MC su fama de traidor.

Para mí que al que peor le fue en esta semana es Anaya.

Por si fuera poco, al más puro estilo Corral, de la nada De la Madrid, seguramente placeándose para alguna candidatura, puso sobre la mesa el tema de la marihuana con singular oportunidad desequilibradota. El asunto prendió como pradera en yermo y se apropio de la conversación, mostrando a un Anaya y AMLO fuera de base, en tanto que gobierno y Meade contestaron con argumentos atendibles. La cuestión es a toda luces un distractor, pero funcionó y sacó de balance al panista y al Mesias.

López Obrador, por su parte, perdió el control de la agenda, la conversación y la sonrisa.

Inició la semana con la pifia de las encuestas falsas que jamás supo explicar y que aventó a Federico Arreola para que él averiguara y explicará, siguió levantando chatarra en papel de pepenador, no de integrador de equipo y proyecto, regresó a su papel de perdona vidas y pecados, pero bastó un ligero movimiento de Salinas para rescatar su talante intolerante y contradictorio.

Su gracejada de Manuelovish fue, por su naturaleza, de corta vida y larga insulsez, pero insiste en seguir montadote en ella, cuando el tema de fondo, mundialmente probado, que es el hackeo ruso en elecciones, si bien aún no ha sido acreditado y menos a su favor, es un asunto de grave delicadeza y que puede ser devastador para cualquiera de las piezas en el tablero. En política no todo es táctica y contestaciones de bolas rápidas, se requiere también estrategia de largo aliento y previsiones contra todo.

Finalmente, vuelve a tropezar en la misma piedra de todas sus campañas, mandar el mensaje de que ya ganaron y el problema es ahora integrar gabinete, perdonar enemigos y enfrentar a Trump. Hace campañas varias la especie fue "Sonríe, ya ganamos", los efectos fueron devastadores para su causa, porque sus seguidores dieron por el hecho el triunfo y no salieron a las urnas. A los electores hay que movilizarlos hasta el último momento, de otra suerte se echan.

En el lado de los independientes, la botarga del Bronco, Jaime Rodríguez, sigue en periplo por el Facebook, y aunque logra firmas se desdibuja o, mejor dicho, se caricaturiza a pasos agigantados. Ríos Pitter y Margarita avanzan a paso consolidado y a Pedrito Ferriz ya lo perdimos.

En el frente del INE, éste tiene que dejar muy claro que las irregularidades en el acopio de firmas por los independientes no ponen en riesgo la certeza de las elecciones. El tema es de suma gravedad, Ferriz, sabedor de su fracaso, pretende ahora descalificar el proceso todo por irregularidades que han sido detectadas y están en proceso de investigación y sanción. Lo grave sería que le compraran su locura de que debido a ellas las elecciones todas son fraudulentas. Cuidado con ese discurso, que pudiera ser adoptado más adelante por quienes pierdan los comicios.

Buen fin de semana.
#LFMOpinión
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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