PARRESHÍA

Juez carnal de Corral

Juez carnal de Corral

Foto Copyright: lfmopinion.com

Simulación de justicia

Nuestras miserias políticas están cruzadas por un sin fin de mitos geniales.

El Fiscal Carnal es uno de ellos.

No discutiré el tema que ha sido ya saldado por juicios mediáticos y manipulaciones electoreras de miedos, odios e ignorancias.

Los hechos están a la vista: el Sistema Nacional Anticorrupción está empantanado y posiblemente el nombramiento del Fiscal logre lo que se pretendía evitar: parcialidad y control político, aunque de signo diverso.

No obstante, sí hablaré de la justicia en Chihuahua.

El bocón de Corral, que tiene a la entidad hundida en la violencia e inseguridad desatada, mientras él organiza caravanas mediáticas, respetuoso como es él de las instituciones, dio un golpe de estado judicial e impuso a su carnal como Presidente del Tribunal Superior de Justicia, de suerte de usar ésta como instrumento de sus afanes electoreros.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de darle un severo revés y exponerlo de cuerpo entero como un pequeño tirano que quiso manejar la justicia a su antojo personal.

Lo anterior pone en duda mucho de lo mediáticamente actuado, así como la limpieza de sus intenciones.

No tardará en armarnos otra caravana, que para eso sí es bueno. por lo pronto, fiel a sus cortinas de humo, vuelve a reclamar la extradición de Cesar Duarte que está ya en manos de la justicia norteamericana.

Al ladrón, al ladrón, suele gritar quien lo es.

#LFMOpinión
#JavierCorral
#Chihuahua
#SCJN
#JusticiaCarnal

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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