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El campeonisimo y el Horror.

El campeonisimo y el Horror.

Toda mi vida he sido Chiva de hueso colorado, aunque luego en la UNAM los Pumas dividieron mi corazón. Supongo que sí se pueden tener dos amores, cuando menos esa es mi experiencia, sin arrepentimiento alguno.

Recuerdo como en sexto año fui capitán del equipo, interior derecho, con un uniforme a rayas que se decoloró y al final del año parecía más del Monterrey. Recuerdo mi felicidad y tristeza en esos épicos juegos contra el Oro, con el Piolín Mota que parecía imbatible. Desde luego los llamados clásicos contra el equipo más odiado, los dueños del estadio, del balón, de la tele, de los locutores y de muchos árbitros. De hecho una primera mensualidad de mi casa a los pocos años de casado fue gracias a una victoria de 1 a 0 que en el Azteca lograron mis Chivas y que cuando joven tuve la osadía de apostar.

La alineación del campeonísimo está en mi memoria y siempre me acompañará: Tubo Gómez, Chaires, Sepúlveda y Villegas; Jasso y Moreno; Díaz, Reyes, Héctor, Mellone (?) y la Piña Arellano, todos dirigidos con mística y capacidad por el Ing. Javier de la Torre. Recuerdo la carta que les envié en su gira a Europa subrayando mi admiración por sus éxitos y mi deseo de triunfar con ellos.

En efecto, el Guadalajara ha sido históricamente un equipo de puros mexicanos, que deja usualmente el alma en la cancha. Sin embargo, en estos tiempos modernos otro ingeniero se hizo del equipo, millonario por vender agüitas milagrosas y junto con su ex esposa han destrozado al equipo de mis amores. Lo volvieron un simple negocio más, igualito que al odiado azulcrema que tanto critico.

Y antier, las Chivas me dieron una buena alegría, en medio del dolor y a pesar de estar abajo en la liga y no poder clasificar a la liguilla, ayer vencieron al Toronto y quedaron orgullosamente campeones de Concacaf. ¡Ahora sí que podremos jugar la final contra el Bayern o el Madrid!

A Jalisco siempre lo he amado, de ahí traje a mi novia, visité el Hospicio Cabañas innumerables ocasiones y usé los espejos para admirar la bóveda y su cara de ensueño. Fui por carretera a la costa en una vacación inolvidable con mis hijos pequeños y llevé hasta mi suegra para que los cuidara, fui manejando un Jetta nuevo color verde. Otro día fui en representación del jefe Lama a una ceremonia en su honor a su pueblo. También dije un par de conferencias en la U. de Guadalajara y me invitaron a la Autónoma. Jugué ajedrez con el gran Arreola y leí sus cuentos con emoción, aprendí de su palabra y de su casa natal.

Mi abuelo paterno fue síndico de Las Fábricas de Francia, por su actuar recibió reconocimientos de propios y extraños, pudo clausurar la puerta de entrada de empleados porque a su parecer era indigno hacer diferencias entre trabajadores y jefes. Despidió con mariachis en la estación de trenes a un gerente francesito que se sobrepasó con una atractiva empleada y lo regresaron a Francia, (aunque tal vez lo hubieron de haber casado) y hasta hay una calle con su nombre. Hoy en día tengo parientes y amigos queridos en Jalisco, particularmente en Guanatos.
De su comida ni hablar, yo que siempre he sido de buen diente, recuerdo a Don Tomasito y el pozole rojo, las tortas ahogadas, la birria, los sopes y los frijoles charros, por ejemplo. ¿Y quién no se quita el sombrero y se seca la frente frente a un buen tequila?

Y me entero con Horror del deterioro, de 3 jóvenes de 20/25 años de edad que han sido miserablemente torturados, asesinados y desaparecidos en ácido. Y me pongo a gritar que no tienen nombre, que no es justo, que es una porquería la mediocridad a la que hemos llegado y tengo ganas de mentarle la madre a todos, al gobierno federal, al gobierno estatal, al municipal de Tonalá, a todos los cárteles y responsables, a los raperos asesinos, a toda la sociedad que compungida no hace nada o lo suficiente para acabar con el Horror. Maldigo lo bajo y ruin a que hemos llegado. Y mi coraje no lo olvido ni siquiera por el triunfo de mis queridas Chivas campeonas. Que poca madre.

#LFMopinión
#Guadalajara
#Violencia
#Coraje
#Inseguridad

Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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