LO DE HOY

Lo que dice sin decir López

Lo que dice sin decir López

Foto Copyright: lfmopinion.com

Discípulo avanzado de Orwell, la neolengua de López Obrador oculta posibles rompimientos en le cúpula.

López Obrador jamás ha tenido un discurso unívoco, cuando dice una cosa esconde muchas más.

Es, además, el más distinguido alumno de la "neolengua" de Orwell, por la que se destruye y aniquila "centenares de palabras por día (…) podando el idioma para dejarlo en los huesos". Porque la neolengua no busca generar nuevos vocablos o significados, sino "limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente"; hacer "imposible todo crimen del pensamiento", inadmisible el pensamiento mismo: "La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia".

En su versión 4T de “1984”, López Obrador logra persuadir que es de noche cuando s de día. Se niega, no sólo la validez de la experiencia, sino que exista la realidad externa. La mayor de las herejías es el sentido común.

Y el Manual lo aplicó López con precisión quirúrgica el viernes pasado con efectos marginales que, al momento, le han salido a contrarresto.

Aún así, la neolengua allí está para quien quiera verla tras la montaña de distractores con que la oculta y, al tiempo, desvela.

Aquel fatídico día para el presidente, tras dos semanas de haber perdido el control de la conversación y la agenda, atacó al periodista Loret de Mola colocándolo en el centro de la pantalla principal. Pero tras el reflector que sobre él apuntaba, deslizaba marginalmente, casi inadvertido, otro misil de mucho mayor poder y alcance: Televisa, dijo, le pagó varios millones de pesos, junto con algunas otras corporaciones.

El atacado negó que Televisa le pagará, habida cuenta que desde 2019 había dejado de trabajar para la empresa. Fue la única empresa a la que se refirió de las varias que le imputó el presidente

Llegó el lunes y López truqueó la pantalla, en el centro, parecía, seguía Loret de Mola, pero el sujeto principal había cambiado: voy a pedirle al INAI, sabiendo que pronunciaba una barbaridad, que informará cuánto le pagó Televisa a Loret de Mola.

El sujeto y la acusación oculta el viernes, se hizo ayer más clara, pero aún desapercibida en el ejercicio de la neolengua lopezobradorista.

No es Loret quien lo tiene tan desaforado, sino quién le paga y, todo parece, que en este lance López ha roto o esta rompiendo con varios de sus grandes aliados cupulares.

Recordemos: quien fuera en 2006 “un peligro para México”, en el 2018 cerraba su campaña presidencial en el Estadio Azteca —no en su “Zócalo Democrático”— con todo el apoyo de Televisa de por medio. Llegado a la presidencia, lo primero que hizo fue formar su “Consejo Asesor Empresarial”, algo así como “La Mafia del Poder” morenizada, “para que aprendan”.

Y sus nuevos asesores, así, siguieron gozando del picaporte y de las jugosas asignaciones directas en las obras faraónicas sin destino.

E pour si muove en la cúpula, sí, allí donde las cúpulas copulan.

Primero se desliza a Televisa financiando a Loret; luego se le exige diga cuánto le paga, mientras en el grupo Vázquez Raña su anchorman, Ciro Gómez Leyva, no conduce el noticiero estelar nocturno el viernes de la semana pasada sin mayor explicación.

Todo hace pensar que los arreglos cupulares con el Grupo Imagen también se tambalean y, mientras son peras o son manzanas, mandan el mensaje de guardar a Gómez Leyva por mientras parlamentan cómo se entiende el nuevo significado de asesor post casa gris.

Hoy, sin que López Obrador haya podido detener el tsunami de la Casa Gris y la Señora de dinero, veremos perfilarse con mayor precisión la acepción de asesor empresarial en la neolengua amloista.


#LFMOpinion
#Neolengua
#Loret
#Televisa
#GrupoImagen
#GomezLeyva
#CasaGris

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: